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Guarda Amatlán sus tradiciones

Superiberia

Amatlán.- Aún con el paso de los años Amatlán conserva sus tradiciones y costumbres, un lugar con historia de 800 años antes de Cristo, que pese a la intervención de otras culturas mantiene la suya, lo que lo hace un sitio único en la región. Un momento para conocer al municipio es la celebración de su fiesta patronal en honor al Señor del Santuario. 

El profesor Celso Romero Sánchez, en exclusiva para el BUEN TONO, relata un poco de cómo inició el territorio cerca de Córdoba, ciudad que cumple 400 años.

“En la zona se han localizado vestigios, vasijas, figurillas que han demostrado que había asentamientos humanos en esta zona de 600 a 800 años antes de Cristo, para ser precisos, en donde hoy se localiza la Central de Abasto y dos cuevas”, expresó.

Añadió que corresponden a los Olmecas y Toltecas, una mezcla prehipánica, quienes se dedicaron al cultivo del cacao y algodón.

La historia de Amatlán data de una época lejana, tan sólo hay bibliografía que manifiesta que se denominó Amatlán en 1586, lugar que en 1655 cambió su nombre a Amatlán Zacatepec, pero nuevamente se registró otra modificación y para 1706, tomó el nombre con el que actualmente se le conoce hasta hoy en día: Amatlán de los Reyes.

Los vestigios

En los 80’s y 90’s antropólogos acudieron a lo que hoy se conoce como Central de Abasto a realizar estudios, debido a que en este lugar personas del municipio señalaron la presencia de vestigios que podrían ser destruidos con la urbanización, se confirmaron pirámides, una estela y yugo, mismos que ya no pudieron ser desenterrados.

En dos cuevas cercanas a la cabecera municipal, en la que ahora se le hace su ceremonia a la Virgen de Lourdes y la de la India fueron encontrados restos aún burdos como metates y algunas figurillas que pudieron rescatar pobladores en sus paseos.

Así también fueron localizadas cabecitas de cerámica muerta (por ser pedacería), algunos otros elementos que demostraron la presencia de asentamientos en este lugar y que originaron la creación de literatura del antropólogo, Luis Reyes, quien pese a buscar el apoyo del Gobierno no lo obtuvo, un ejemplo de ello es el libro el Anillo de Tlaloca que expresa información de ritos y ceremonias indígenas, para el que recibió el apoyo de Alemania, por ello se encuentra redactado en los dos idiomas.

Existen otros libros que hablan de Amatlán, en el Archivo General de la Nación, el primero donde se menciona es en 1609, escrito por Fray Alonso de la Mota y Escobar bajo el nombre Memorias del Obispo de Tlaxcala, donde ya constan bautizos, matrimonios y defunciones.

En esos tiempos la parroquia de Amatlán pertenecía a Santiago Guatusco, así como el deslinde de San Miguelito, según croquis en 1629.

“Amatlán ha sufrido la aculturación como manifiesta el investigador, Aguirre Beltrán, pero no se ve afectada la lengua, pese a los préstamos se conserva el folclor, tradiciones y cultura, por ello en Semana Santa se observan los altares adornados con cucharilla, que se obtiene de los municipios de la Sierra Madre Occidental, donde anteriormente se intercambiaba por plátano y fruta de esta región”, recordó el entrevistado y señaló que por 28 años su familia fue de mayordomos.

La Feria de la Cruz y el Rosario

Esta es la Feria más antigua, la historia cuenta que la imagen del Señor del Santuario, que se encuentra actualmente en altar mayor, llegó al desembarcadero de Veracruz, luego de haber salido días anteriores de España.

En peregrinación al Señor del Santuario cuyo destino era Naranjal, fue trasladado por Amatlán de los Reyes donde estuvo de descanso, lugar donde le hicieron rezos, luego de la velación los feligreses se trasladaron a su destino depositando la imagen en donde sería su hogar.

Sin embargo, se llevaron la sorpresa que no estaba el Señor del Santuario, la población regresó a Amatlán para tratar de entender qué había pasado, lo descubrieron ahí y nuevamente lo llevaron a Naranjal, pero otra vez desapareció y al dirigirse a Amatlán fue visto en la parroquia, comprendieron que ahí era donde quería estar y lo dejaron.

El Señor del Santuario llegó el 3 de mayo de 1753, por ello, cada 3 de mayo se celebra su fiesta patronal, donde se adorna una Cruz con flores de mayo y los oriundos de Amatlán entregan a los visitantes un rosario, el que anteriormente se realizaba con colorines (frijol) y figurillas de coral, aunque hoy se utilizan otros productos para su elaboración.

En esta se recibía en los tiempos de los españoles a quienes asumirían el poder, pues era el lugar, tras llegar en barco, donde les daban la bendición.

La iglesia de los Santos Reyes data de 1700, tardó 70 años en edificarse. Con la intervención del sacerdote Andrés Pérez de Velazco en 1773 se tiene el apoyo de haciendas como la de Peñuela, Ojo de Agua Grande, para contar con la parroquia similar a la que actualmente se conoce que tenía un reloj en su castillo; misma que tras el temblor de 1972 debió ser restaurada, pues registró daños en el castillo y el altar mayor.

Una tierra de todo

En Amatlán se sembraba arroz, café, piña, entre otros productos, pero ante la influencia de otra Nación se cambian estos cultivos por la caña, como es en la actualidad.

Esencia

La aculturación no ha ocasionado la pérdida de la esencia de Amatlán, tan sólo desde aquellos años de sus inicios a la fecha se conocen los tres vestidos que utilizan sus mujeres, el de listones, de las estrellas y el de boda, los que son realizados de una sola pieza.

En cuanto a gastronomía tiene su propio mole, tamales de frijol, izquimole, tepayan (crema de frijol), productos que son únicos, pues no los encuentra en otro lugar de la región ni País.

Dentro de sus lugares emblemáticos y turísticos se encuentran: el río Atoyac que nace en Amatlán, las cuevas, una dedicada a la Virgen de Lourdes y la de la India, el Pozorrón, que tiene una caída de 2.5 metros.  

La batalla de 116 años

Una batalla por muchos años fue la de 1691-1807, la que fue por las tierras de cañada Tepetzala, cerro Pozcoutla y Tepexillo, de la que poco se conoce, pero fue la más larga en la región.

Todavía hay mucho por descubrir y conocer de Amatlán de los Reyes, tierra donde se escuchan las aves y sonidos del campo.

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