De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- La tolerancia cínica de elementos de la Guardia Nacional para actividades ilegales en la autopista México-Veracruz, a la altura de la ex caseta de Fortín en el sentido hacia Córdoba, permitió que un talachero improvisado opera en el sitio durante el día.
Lo anterior, confirmó lo que miles de mexicanos ya saben, que corporación, creada con grandes expectativas para sustituir a la Policía Federal, derivó en corrupción y holgazanería.
Lejos de cumplir su deber, los uniformados se burlan de la ley y miran hacia otro lado.
La escena vergonzosa, donde una unidad móvil ofrece servicios mecánicos sin control ni permisos, evidencia que el cambio de insignias, uniformes y discursos grandilocuentes sólo sirvieron para fingir transformación.
En los hechos, la corporación mantiene la misma podredumbre institucional que juraron erradicar.
Resulta insultante que, en lugar de actuar, solapen prácticas ilegales que ponen en riesgo a conductores y normalizan la anarquía.
De acuerdo con especialistas, lo que ocurre en la zona es un patrón constante de complacencia.
La Guardia Nacional, en vez de ejercer autoridad, permite que negocios clandestinos se instalen sin consecuencia alguna en la vía federal.
Con esta pasividad cómplice, hunden aún más la poca credibilidad con la que contaban y exhiben desprecio por la seguridad ciudadana.
Usuarios de la autopista y vecinos del área denunciaron que la omisión, la cual también es corrupción, forma parte de un esquema de complicidad.
La impunidad con la que opera el talachero ambulante demuestra que a los mandos les resulta más cómodo tolerar irregularidades que cumplir su labor.
Los ciudadanos no piden favores, exigen que se cumpla la ley, vigilancia real y cero tolerancia al desorden en una ruta estratégica.
Mientras la corporación federal continúe en esta dinámica ruin de permisividad y encubrimiento, la población seguirá expuesta a riesgos innecesarios.
Fortín y Córdoba merecen vigilancia auténtica, no una Guardia Nacional que se arrodilla ante negocios ilegales y abandona su obligación de proteger, confirmando que la transformación en materia de seguridad fue puro maquillaje y propaganda.


