


Tinta Ácida
El Buen Tono
Cuitláhuac, Ver.– La paciencia se agotó. Vecinos y derechohabientes de uno de los hospitales de Cuitláhuac se reunieron para exigir respeto y un trato digno por parte del personal. El reclamo, que durante años se había mantenido en silencio, encontró voz en la señora Camerina, una mujer que decidió alzar la voz por todos aquellos que han sido ignorados o tratados con desprecio. Su valentía fue reconocida por decenas de ciudadanos que compartieron su indignación.
Durante la manifestación, varios asistentes coincidieron en que el problema no es nuevo. Aseguran que los malos tratos, la falta de empatía y la indiferencia hacia los adultos mayores se han vuelto parte del día a día en las instalaciones. Los comentarios no se hicieron esperar: “Muy bien, esperamos que la señorita cambie de actitud o la cambien a otro lado, pero lo mejor sería que le pusieran una sanción o la descansaran para que piense que todos merecemos respeto; una sonrisa o un buen gesto hacen el cambio”, expresó una de las asistentes.
Otros ciudadanos mostraron total respaldo hacia Camerina. “Eso es todo, señora, mis respetos para usted. Solo quienes han sufrido estos desplantes apoyarán y darán ánimos; los demás solo se burlan. En fin, México lindo y querido”, comentó un vecino de la zona. Otro grupo propuso: “Hay que invitarla a las oficinas de CAEV el próximo lunes”, reconociendo que su valor podría servir de ejemplo en otras dependencias donde el mal trato también es constante.
Mientras tanto, el alcalde Martín Rico permanece al margen. Aunque la molestia ciudadana es evidente, ni ha emitido postura ni ha mostrado intención de intervenir. Los habitantes señalan que el municipio carece de autoridad moral para exigir sanciones, pues la administración local tampoco ha atendido los reclamos básicos de respeto y atención ciudadana.
La protesta dejó claro que la población está cansada de la indiferencia institucional. Lo que empezó como un reclamo aislado terminó siendo una exigencia colectiva de dignidad. La señora Camerina no solo habló por ella: habló por todos los que alguna vez fueron tratados sin respeto y por quienes ya no pueden defenderse.

