Reynosa, Tamaulipas, vivió una jornada de terror tras el asesinato del delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), Ernesto Vásquez Reyna, quien fue ejecutado de forma atroz por sicarios en plena vía pública. A menos de una hora del crimen, autoridades militares, federales y estatales localizaron una camioneta Ford SUV gris abandonada, presuntamente utilizada por los atacantes. El hallazgo se registró en las calles Santa Cecilia y Rosario, en la colonia Jarachina Norte.
Según grabaciones difundidas en redes sociales, los agresores interceptaron al funcionario, incendiaron su vehículo y lo obligaron a salir. Con el fuego a su alrededor, Vásquez Reyna quedó malherido y sentado sobre el pavimento, donde fue rematado por los sicarios que después huyeron sin dejar rastro. La escena provocó indignación generalizada.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, condenó públicamente el crimen:
“Desde el Gobierno de Tamaulipas condenamos el crimen del Delegado de la FGR en el estado. Nos solidarizamos con su familia.”
También reafirmó el compromiso de colaborar con las instancias federales para lograr justicia y devolver la paz al estado.
Ernesto Vásquez Reyna era un funcionario de bajo perfil, pero de amplia trayectoria en la procuración de justicia. Ocupaba la titularidad de la delegación de la FGR en Tamaulipas desde hace seis años y estaba vinculado a investigaciones sensibles, como la reciente captura de líderes criminales implicados en el asesinato de cinco integrantes del grupo musical “Fugitivo”.
Su última aparición pública fue el pasado 31 de marzo, durante el izamiento de la bandera en el XIX Regimiento de Caballería, un evento simbólico que hoy contrasta con la violencia que apagó su vida.
El asesinato ha generado preocupación en todo el país y vuelve a poner en el foco la inseguridad que enfrentan los operadores de justicia en zonas de alto riesgo. Las investigaciones continúan.
