Harvey Weinstein, exproductor de cine y figura clave en la industria de Hollywood durante décadas, ha sido declarado culpable de agresión sexual contra Miriam Haley, exasistente de producción cuya denuncia en 2017 impulsó el movimiento global #MeToo. El veredicto fue emitido este miércoles por un jurado en la Corte Suprema de Manhattan, tras seis semanas de intensas audiencias.
Este nuevo juicio se desarrolló después de que, en abril de 2024, la Corte de Apelaciones de Nueva York anulara su condena de 2020, señalando errores legales durante el primer proceso. El juez original, James Burke, fue criticado por permitir testimonios de mujeres que no formaban parte directa del caso, lo que pudo influir indebidamente en el jurado. Por ello, se ordenó repetir el juicio desde cero.
En este segundo proceso, llevado a cabo bajo la supervisión del juez Curtis Farber, Weinstein enfrentó nuevas evaluaciones por parte de un jurado compuesto por siete mujeres y cinco hombres, quienes analizaron detalladamente las pruebas y testimonios presentados.
El exproductor, de 73 años, fue acusado por tres mujeres: Jessica Mann, quien lo señaló por violación en 2013; Miriam Haley, por agresión sexual en 2006; y Kaja Sokola, quien denunció abuso cuando tenía solo 16 años. El jurado absolvió a Weinstein en el caso de Sokola por falta de pruebas, mientras que aún no se ha emitido un veredicto en el caso de Jessica Mann, con deliberaciones que continuarán este jueves.
La fiscalía, encabezada por Nicole Blumberg, argumentó que Weinstein utilizó su posición de poder para explotar a mujeres jóvenes en busca de oportunidades en el cine. En cambio, la defensa, liderada por Arthur Aidala, afirmó que los encuentros fueron consensuados y que hubo relaciones “mutuamente beneficiosas”, sugiriendo incluso posibles intereses económicos detrás de las acusaciones.
Aunque Weinstein no testificó, mantuvo su inocencia, asegurando que “nunca ha mantenido relaciones no consensuadas”.
Con más de 100 mujeres que lo han señalado por conducta sexual inapropiada, Harvey Weinstein se ha convertido en un símbolo del abuso de poder en los espacios laborales y su caso continúa siendo un punto de inflexión en la conversación global sobre el acoso sexual. La atención ahora se centra en el próximo veredicto y en las posibles repercusiones legales que aún enfrenta.
