


Muy atrás quedaron los tiempos en que René Bejarano era quien partía el queso en las reuniones del PRD, a las que llegaba con una propuesta hecha y obligaba a sus rivales a aceptarla o a quedar fuera.
Este fin de semana fue al revés, el de las ligas llegó a una reunión en corto con los nuevos líderes que mueven hoy al partido en la ciudad y, de entrada, le dijeron que, de acuerdo con sus números, le iban a dar un lugar en la mesa directiva para su corriente.
Originalmente estaban considerados cinco integrantes para esa mesa, pero como en la reunión se pusieron de acuerdo en ampliarla, propusieron que mejor fueran diez y que a Bejarano le tocaba sólo uno.
El de las ligas chilló y pidió que al menos le tocaran dos, pues estaba consiguiendo espacios para Vanguardia Progresista de Marcelo Ebrard, con quien, dice, trae acuerdo. Con esto se comprueba el dicho de que Dios los hace y ellos se juntan.
Los integrantes del grupo que comandaba la reunión, donde estaban diputados de las otras tribus y gente del GDF, le pidieron que saliera un momento mientras analizaban si le daban un lugarcito más.
Humillado, Bejarano tuvo que retirarse mientras los grandes deliberaban. Al final le concederían dos de los diez lugares, pero a condición de que nadie de su tribu impugnara, porque entonces recompondrían las fichas y lo plancharían, dejándolo sin nada.
El líder de la IDN no tuvo más remedio que bajar la cabeza y aceptar las migajas que sus enemigos le arrojaron.
Seguramente extrañará los tiempos en que él era quien pedía a los pequeños que esperaran afuera mientras se decidía cuánto les tocaba; hoy se la aplican y él acepta sin chistar. Sus enemigos lo conocen tanto que ya aprendieron a darle la vuelta y anticipar sus trucos.
Bejarano ya fue planchado a nivel nacional, donde su corriente se desgrana; el fin de semana lo hicieron sentir gusano en el consejo estatal y ahora sólo le queda pelear los comités delegacionales, donde mandó a algunas de sus cartas fuertes con la esperanza de no perder todo.
Pero no la tiene nada fácil, pues los simpatizantes de Miguel Ángel Mancera tienen hoy por hoy la sartén por el mango y varios liderazgos bejaranistas analizan la posibilidad de jalar con el equipo del gobierno central para evitar la plancha.
La única opción que hubiera tenido el de las ligas para evitar la humillación del domingo en el PRD–DF era tomar la tribuna para impedir que los nuevos consejeros rindieran protesta y que todo se quedara como estaba antes de las internas, pero ni eso pudo hacer.
Y hablando de planchas, quienes también fueron ignorados son los diputados Daniel Ordóñez, Estela Damián y Efraín Morales: fueron dejados fuera de la lista de consejeros a la que la fracción del PRD en Donceles tiene derecho; ninguno de ellos entró.
CENTAVITOS… Por cierto, qué tanto hablarían el jueves pasado en un restaurante de Reforma, cerca de La Palma, el diputado Víctor Hugo Lobo y el delegado en Álvaro Obregón, Leonel Luna, que representan a los grupos hegemónicos de sus respectivas corrientes internas del PRD. Más de dos horas platicaron animadamente justo cuando faltaban un par de días para la realización del Consejo Estatal de su partido. Lo curioso es que no son de la misma tribu y que, aunque eligieron una mesa del rinconcito, más de uno los pudo ver. Alguna travesura rumbo a la definición de candidaturas en el DF estarán tramando… Por mucho que ahora digan que renunció, la destitución de David El Bebé Mendoza de la vocería del PRD capitalino la operaron diputados locales con el secretario de Gobierno, Héctor Serrano, pues, en primer lugar, El Bebé se fue por la libre al implicar irresponsablemente a la diputada Dione Anguiano con el crimen organizado y, en segundo, porque no aportó una sola prueba de su dicho y tuvo que ofrecer disculpas. Era tarde para su arrepentimiento y se tuvo que ir, ni Julio César El Nenuco Moreno, que era su protector, lo pudo defender.


