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Iglesia exige fin a la violencia; reclaman verdadera paz

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Sandra González 

El Buen Tono 

Orizaba.- La Diócesis de Orizaba se sumó al llamado enérgico de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que condenó el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y denunció la incapacidad del Estado mexicano para garantizar el orden constitucional frente al creciente control de grupos armados en distintas regiones del país.

Desde la diócesis, se replicó el exhorto a las autoridades de todos los niveles para que dejen de actuar con tibieza y enfrenten las causas estructurales de la violencia. “Hoy ya no basta aprehender al asesino, hay que combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos”.

En sintonía con este mensaje, sacerdotes y agentes pastorales de la región recordaron que la Iglesia sigue acompañando a los pueblos en medio del miedo y la impunidad. Afirmaron que, pese al riesgo, su labor es “mantener viva la esperanza en una tierra que se niega a acostumbrarse al horror”.

La Diócesis destacó la gravedad de la situación nacional, en la que la presencia de grupos criminales, los retenes ilegales y las amenazas constantes a comerciantes y productores reflejan, según el comunicado episcopal, “un grave debilitamiento del orden constitucional que los gobiernos están obligados a garantizar”.

El llamado no sólo fue dirigido a las autoridades, sino también a la sociedad civil, a la que se instó a construir la paz desde sus propios espacios: “familias, maestros, comerciantes, empresarios y ciudadanos de todos los sectores debemos redoblar esfuerzos y hacerlo de manera coordinada”, expresaron.

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