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Córdoba.- La inseguridad en el estado, pero particularmente la que se vive en la región de Córdoba, mantiene en estado de alerta a quienes aquí vivimos, y en espera de resultados por parte de las autoridades, que en las últimas semanas han aumentado el número de corporaciones y de elementos a cargo de la vigilancia en la ciudad y la región.
Sin embargo, todos los aparentes esfuerzos de las autoridades no han logrado brindar confianza y seguridad a los ciudadanos y sus familias. La impunidad que provocan los errores de los ministerios públicos y las pifias de jueces que parecieran coludirse con criminales y delincuentes para que éstos regresen a las calles a seguir atentando contra los cordobeses, deja a las corporaciones policiacas todavía más en desventaja.
Las organizaciones ciudadanas, formadas ante el panorama de inseguridad para exigir a las autoridades respuestas adecuadas, reciben promesas e informes que ni se cumplen ni convencen.
Lo mismo el Secretario de Seguridad Pública que el Fiscal del Estado, se reúnen con los representantes de estas organizaciones y tratan de calmar los ánimos de una sociedad convulsionada por la pérdida de vidas, de bienes, y de tranquilidad.
Para muestra, el pasado fin de semana, con una cadena de sucesos ligados al crimen organizado: el intento de ejecución de un hombre en Poza Rica a plena luz del día; un taxista plagiado en Coatepec, dos más asesinados y abandonados en la cajuela de su automóvil en Cosamaloapan; una balacera en Xalapa; un secuestro en Minatitlán y dos personas ejecutadas en Amatitlán, otra en Yanga, otro en Papantla; el intento de plagio de la hija del director de dos periódicos en la zona centro de Córdoba, además del rumor de una fosa clandestina con decenas de cuerpos en la zona norte de la ciudad de Veracruz. Lo anterior sin contar con los accidentes automovilísticos en las carreteras locales que dejaron al menos seis fallecidos y decenas de heridos. Y la cuenta se engrosa cada día.
