Orizaba.- A once años de que un ex policía y ex militar asesinara de cuatro balazos a una mujer, al sorprenderla cuando se encontraba sentada en una de las bancas del parque Apolinar Castillo, que se localiza en pleno centro histórico, no ha sido arrestado y el crimen continúa impune.
El presunto homicida identificado como Miguel Ángel Martínez Fernández, continúa prófugo de la justicia, sin que hasta el momento haya sido capturado por la Policía Ministerial, que tal parece que no le interesa este asunto como muchos otros que se encuentran “archivados”, pues comandantes van y vienen y ninguno se preocupa por localizarlo y aprehenderlo.
Y es que familiares de la hoy finada, Claudia Pacheco Gil quien contaba con 24 años, tenía su domicilio en la colonia Ricardo Flores del municipio de Río Blanco, siguen esperando que las autoridades les hagan justicia y el criminal sea detenido y pague con cárcel el delito que cometió.
El asesinato
Este artero y cobarde homicidio se registró el día 18 de junio del 2003 aproximadamente a las 21:20 horas, cuando la hoy finada se encontraba sentada en una de las bancas del mencionado parque, sin imaginar que ese día sería el último de su vida.
Minutos después se acercó el ahora prófugo de la justicia y luego de que sostuviera una acalorada discusión con ella, desenfundó de entre sus ropas una pistola al parecer tipo escuadra calibre 380, con sangre fría le disparó hasta en cuatro ocasiones a la fémina, que no tuvo tiempo siquiera de defenderse, ante la mirada atónita y de angustia de varias personas que en esos momentos ahí se encontraban.
Lamentablemente la mujer tuvo una muerte casi instantánea, y su cuerpo bañado en sangre quedó sobre la banca, sin pérdida de tiempo el asesino pistola en mano corrió a la avenida Madero Norte y luego de abordar un vehículo de alquiler escapó con rumbo desconocido.
Mientras que según algunos testigos presenciales de este crimen, manifestaron que el presunto asesino fue ayudado en ese entonces por elementos de la Policía municipal al haber laborado en esa corporación, por lo que logró evadir la acción de la justicia.
Leobardo Lima
El Buen Tono
