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INFANTICIDIOS

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Por: Andrés Timoteo / columnista

En Veracruz se rasgaron las vestiduras al conocer la balacera en una escuela privada en Monterrey, Nuevo León y hasta se pidió en las redes no difundir imágenes y ni siquiera la noticia misma, para no hacer una apología de la violencia que involucra a menores de edad. Pero la incongruencia salta en la cara de todos: hace unos días una pequeña de 12 años, de nombre Danna Mearis, fue golpeada, asfixiada y apuñalada en un domicilio de Fortín de las Flores, y no aparece por ningún lado la solidaridad de los internautas ni de la sociedad misma reprobando el crimen y exigiendo justicia.

 Casi en solitario, la familia de Danna Mearis hace manifestaciones para clamar que se esclarezca el homicidio y se castigue a los responsables. El crimen es tan atroz como el ocurrido en Monterrey, con la salvedad de que aquel acaparó la atención mediática. No obstante, debe calar en todos porque es un infanticidio intolerable. Y no es el primero en la región, hay que recordar que hace casi tres años, en junio del 2014, otra jovencita fue asesinada en la Colonia Antorchista. Fue  Abigail Bautista Luna, de 15 años de edad, que fue atacada de forma similar a Danna Mearis, y a la fecha su victimario sigue prófugo. No hubo justicia para Abigail y se teme que no la haya para Danna.

 Los dos casos no sólo son abominables tanto porque fueron contra menores de edad y mujeres –por lo tanto  son feminicidios-, como  por la condición económica vulnerable de las mismas y porque, en resumen, son un escupitajo a la sociedad que se pudre al permitir estos actos: cuando se deja que a los niños –la próxima generación- se les asesine con tal saña. Desde este espacio va la solidaridad para con la familia de Danna Mearis y la exigencia de que los criminales sean castigados sin piedad.

 

EL OFIBIO  APANICADO

Hablando de infanticidios e infanticidas, ahora en el caso del crimen de Lesa Humanidad que fue inyectar agua destilada a pacientes –sobre todo niños- enfermos de cáncer, que fueron tratados en hospitales veracruzanos en los últimos dos sexenios, es pertinente aclarar a los lectores varias cosas con las que pretenden confundirlos. Una, el impresentable ex Cónsul de Barcelona no regresó a México para enfrentar al Gobernador, sino a la Ley por los delitos que cometió. En breve, el Ministerio Público lo va a requerir para que rinda su declaración por el crimen de Lesa Humanidad de falsificar medicamentos para pacientes cancerosos, además de otros actos aborrecibles.

Dos, no tiene por qué debatir ni alegar con el Mandatario actual, lo tendrá que hacer con los Jueces que lo van a interrogar. Además no hay nivel ni para diálogo ni algún encuentro verbal con el Gobernador en funciones, que llegó con el voto popular que hizo reventar el proyecto transexenal de la fidelidad mientras que el innombrable es el triste iniciador de la calamidad en Veracruz.  Uno tiene la investidura pública y el otro mero indiciado.

Tres, lo que el Ejecutivo Estatal hace no es venganza ni obsesión como pretende hacer creer el acusado, sino la aplicación de la Justicia y para eso lo eligieron los electores: para echarle el guante a la banda de pillos que saqueó  el tesoro público y se robó la vida de mucha gente. 

Cuatro, al innombrable  lo echaron del cargo consular. Era un apestado mal visto por el Gobierno Federal, confirmó ayer por la tarde  una fuente de la Secretaría de Relaciones Exteriores en París. Explicó que la frase de “renuncia irrevocable”  fue ponderada para asegurarse que el sujeto no pretendiera revertir el oficio y pretenda retornar al servicio diplomático.  O sea, lo corrieron con el aviso de que no lo volverán a aceptar.  

Es más, su despido causó jubilo entre la comunidad intelectual de Barcelona que siempre lo repudió, platican compañeros periodistas de la llamada Ciudad Condal. La alcaldesa Ada Colau, quien nunca quiso recibirlo ni siquiera en privado, está grata. Su Administración no sólo rechazó  al “Cónsul  relacionado con el narco”, como lo describió El Periódico, el principal diario de Cataluña, sino que el Ayuntamiento nunca le permitió que acudiera a uno sólo de sus actos oficiales.

Cinco. Es falso que operará políticamente en Veracruz porque su nombre  -como el de su sucesor el exGobernador- es garante del voto de castigo, incluso entre los mismos priistas.  ¿Qué masoquista votará por un candidato apadrinado por él?  No, si acaso viene a mover sus hilos con la delincuencia organizada, a comprar con dinero algo que sea vendible, a amenazar a los incautos  con el apoyo de sus viejos amigos inconfesables, y a tratar de estirar la liga para ver si alcanza algún coto municipal, pero todo eso por sus arrestos en solitario, sin el aval del priismo del altiplano.

Seis. Lo anterior porque el PRI Nacional no lo quiere a su lado, su nombre hiede y más aún con la acusación de asesinar niños enfermos. En los próximos días vendrá el desligue de la cúpula partidista. Eso que hará “política interna” sulfuró a Enrique Ochoa Reza, quien trae como bandera el combate a la corrupción y por eso lo echaron del consulado para que no contamine más.

Siete, un indiciado por un acto tan atroz de inyectar agua destilada a enfermos oncológicos no representa opción electoral en ninguna parte. No tiene cabida ni entre los priistas que tanta bellaquería toleran. A ver quién es el valiente que sale a rasgarse las vestiduras por él, cuando se exhiban las pruebas completas del crimen.

Y ocho, los acusados en el expediente judicial por suministrar medicamentos falsos a los pacientes oncológicos, no son médicos ni enfermeros ni laboratoristas ni los nosocomios, sino funcionarios públicos. Hay la intención de desviar mediáticamente la atención del foco de responsabilidad que son los fidelistas que se enriquecieron con el fraude de los fármacos.  Tampoco la acusación se basa en un sólo caso –por la mujer a la que iban a suministrarle una ampolleta de Avastin- sino que fue una práctica extendida.

No se sabe a cuántos pacientes sí les aplicaron el químico falso antes de que se detectará ese frasco clonado. Si la ampolleta falsa se localizó en la farmacia del CECAN, quiere decir que se compró el lote de medicina falsa durante el fidelato.

Ahora se quiere confundir a la opinión pública con la versión débil que sólo fue un sólo frasco en el mes de octubre, un mes antes de finalizar su sexenio.

No, hay que indagar a cuántos pacientes en el período 2014-2010 se trató con placebos, ahí comenzó ese crimen de lesa humanidad. 

 Tan hubo compras masivas de fármacos clonados a empresas de la familia Beceiro que en ese mismo último año del sexenio fidelista, el 2010, la empresa Especialidades Médicas del Sureste le vendió supuestos “medicamentos” al Sector Salud por un monto de  58 millones 44 mil pesos. Duarte sólo continuó el fraude iniciado por su impresentable antecesor, eso quedará demostrado en la investigación judicial, hay muchos esqueletos escondidos que saldrán a la luz pública, sólo es cuestión de tiempo.

Un acto saludable para conocer la verdad de lo que sucedió con los pacientes en el Sector Salud de la Entidad  durante los dos últimos sexenios es que todos los familiares que perdieron algún ser querido por cáncer y tengan la sospecha de que hubo negligencia médica o no se hizo lo suficiente para salvarlos, acudan a la Fiscalía General para exigir una investigación. Que pidan que se revisen los expedientes clínicos, el historial y tipo de medicamentos aplicados, sus activos químicos y el laboratorio de procedencia.

Es insoslayable un peritaje forense, o al menos documental, para saber si las personas murieron a causa de padecimiento o fueron asesinadas por haber recibido fármacos falsificados. 

Y en medio de todo esto, ¿dónde está el Diputado Federal Jorge Carvallo, uno de los hijos putativos del innombrable y a quien comisionó para hacer el fraude con la medicina falsa? El Legislador tiene mucho que explicar en ese negocio hecho a través de sus parientes,  los Beceiro Delfín. ¿También pedirá licencia? ¿El PRI Nacional lo seguirá sosteniendo aún con el escándalo que se agudizará con las pesquisas?

La hilaridad. En varias entrevistas radiofónicas, el innombrable tuvo la osadía de negar a Carvallo Delfín y a su sucedor. De este último dijo que está arrepentido de haberlo apoyado y se atrevió a declarar que el cordobés “no aprendió a él”.

Vaya truhanería: si el exGobernador, Carvallo y los otros salieron delincuentes, fue porque siguieron sus enseñanzas.  Ah, y al innombrable se le escucha nervioso, casi apanicado, porque sabe que la lumbre ya le roza los empeines y nadie está dispuesto a ayudarle. El que lo haga se quemará también.

¿Y SI LO ESTÁ?

Por cierto, tocando el tema del exGobenador, el principal  pupilo político del innombrable, un columnista de la Ciudad de México tocó ayer un punto que se rumora desde hace días  en los merenderos políticos del altiplano, pero que ninguno se había atrevido a plasmarlo en texto directamente: la posibilidad de que el exMandatario estatal esté sin vida, concretamente asesinado para que no revele información delicada del Gobierno de Enrique Peña Nieto.

El periodista Salvador Soto sostiene en su artículo de El Universal, titulado “¿Y si Duarte estuviera muerto?”, que el cordobés le sirve más muerto que vivo al Gobierno Federal y señala que como si fuera un experto capo de la mafia, el exGobernador ha logrado evadir todas las maniobras para capturarlo, y entonces el rumor crece: lo están ayudando a huir o lo ayudaron a morir para que no devele esa información que, esa sí, cimbraría a la clase priista del País.

Un tema duro, difícil de tratar, pero ya está en la palestra. Se puede consultar en el link:

http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/columna/salvador-garcia-soto/nacion/2017/01/24/y-si-duarte-estuviera-muerto

UN CARA LIMPIA

En medio de tantas calamidades, hay una noticia agradable en el ambiente político de la región y es el nombramiento de la profesora Yolanda Juárez Román como dirigente del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el municipio de Fortín de las Flores. La señora Juárez no sólo es una respetada profesionista, sino que nunca había participado en actividades políticas hasta ahora, por lo que no tiene un historial cuestionado como la mayoría de los políticos trinqueteros. Así, en cierta forma ayuda a refrescar el quehacer político tan desprestigiado. ¡Enhorabuena!

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