Una situación que combina la polémica y las redes sociales se volvió tendencia recientemente después de que un video se viralizara en TikTok mostrando a una joven, presuntamente influencer, intentando pagar su cuenta en un restaurante solo con publicaciones en Instagram, en lugar de dinero en efectivo.
El video, compartido por la usuaria @lupitamadin, fue grabado en una pequeña lonchería y muestra a la joven proponiendo una colaboración promocional: a cambio de etiquetas y menciones en sus historias, el restaurante tendría mayor visibilidad entre sus seguidores. Sin embargo, la encargada —y dueña— del establecimiento respondió con calma y cortesía, explicando que debía consultar con “el dueño”, para luego regresar y negar la propuesta.
La dueña fue clara al afirmar que no acepta ese tipo de acuerdos, defendiendo la importancia de un pago real para mantener el negocio, pero evitando confrontaciones que pudieran afectar su imagen.
La grabación desató un intenso debate en redes sociales. Mientras algunos usuarios criticaron a la influencer por intentar evadir su responsabilidad económica, otros consideraron que la dueña pudo haber sido más directa desde el inicio.
Este episodio abre la discusión sobre los límites éticos entre los creadores de contenido y los negocios locales, y hasta dónde puede llegar la influencia digital para reemplazar transacciones tradicionales. ¿Es válido ofrecer promoción a cambio de productos o servicios? ¿O el pago en dinero sigue siendo indispensable para mantener la sustentabilidad de pequeños comercios?
Sin duda, esta historia seguirá dando de qué hablar mientras las redes sociales y la economía se entrelazan cada vez más.
