Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- Ayer, inició la etapa de entrega-recepción del ayuntamiento, un proceso marcado por denuncias de opacidad, desorden administrativo e irregularidades que heredará la administración que aún encabeza Gerardo Rosales Victoria.
El gobierno local termina envuelto en críticas por el manejo de diversas áreas municipales.
De acuerdo con la planificación interna fechada el 10 de diciembre, en la primera jornada entregaron la dirección de Planeación del Desarrollo y Mejora Regulatoria, Gobernación, Oficialía Mayor, Desarrollo Humano, Servicios Municipales, Proveeduría y Almacén y la dirección de Obra Pública local.
Dichas áreas tienen señalamientos de rezagos, falta de resultados y decisiones administrativas cuestionables durante el cuatrienio que concluye en este mes.
El calendario establece que el lunes 29 de diciembre continuará el proceso con la dirección de Desarrollo Económico, la Oficialía del Registro Civil y el Instituto de la Mujer de Fortín.
El martes 30, corresponderá el turno al DIF Municipal, Unidad Médica, dirección Jurídica, Comunicación Social y la Unidad de Transparencia, dependencias que arrastran reclamos ciudadanos por abandono, ineficiencia y simulación institucional.
El cierre del proceso será el miércoles 31 de diciembre, con una sesión solemne de Cabildo, en la que deberán entregar sindicatura, regidurías, secretaría, agencias municipales, Limpia Pública, Protección Civil, Presidencia Municipal, Tesorería, Contraloría y Seguridad Pública.
A dichos departamentos se les considera estratégicos, y es en donde se concentran las mayores dudas sobre el uso de recursos públicos.
Integrantes del equipo del presidente municipal electo, Alfonso “Piccolo” Marín Delfín, advirtieron que la revisión será estricta y minuciosa, ya que el objetivo es conocer el estado real en el que Rosales dejará el ayuntamiento.
Descartaron que se conviertan en comparsas ni avalarán irregularidades, tampoco encubrirán omisiones, errores o actos de corrupción de la administración saliente.
Negaron que la entrega-recepción sea un trámite de simulación política, sino un ejercicio de responsabilidad y vigilancia, frente a un gobierno que deja más dudas que resultados.


