DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
Orizaba.- El reciente cambio del nombre de la sala de Cabildos de Orizaba, que pasó de ser un homenaje a Benito Juárez García a llevar el nombre de Juan Manuel Diez Francos, ha generado una fuerte controversia. Para Jesús Arenzano Mendoza, presidente de la Unión Democrática de Jubilados y Pensionados A.C. de la zona Córdoba-Orizaba, esta decisión no solo es un acto de egolatría, sino una muestra clara del afán desmedido del alcalde por colocarse a sí mismo por encima de una figura histórica tan importante como Benito Juárez, considerado uno de los grandes presidentes de México.
Arenzano criticó duramente al alcalde, quien ha demostrado, en varias ocasiones, una actitud autoritaria al descalificar a quienes no comparten su visión, sugiriendo incluso que los opositores “se vayan a vivir a otro lado”. Este tipo de declaraciones reflejan un profundo desprecio por la diversidad de opiniones y una visión patrimonialista del poder.
El dirigente social también cuestionó la actuación del Cabildo, acusándolos de ser cómplices al someterse sin resistencia a las decisiones del alcalde, sin defender los principios democráticos ni la historia de la ciudad. Arenzano calificó esta sumisión como un acto vergonzoso, destacando que Orizaba lleva más de dos décadas controlada por el mismo grupo político-empresarial liderado por Diez Francos, mientras los regidores y la síndica solo actúan como figuras decorativas sin capacidad real de incidencia.
La polémica comenzó cuando, durante una sesión de Cabildo, el regidor Antonio Roldán Bravo propuso sorpresivamente cambiar el nombre de la sala, justificándose con una “propuesta ciudadana” respaldada por cuatro mil firmas. La medida fue aprobada rápidamente, sin consulta pública ni un debate real, lo que refuerza la percepción de que este acto responde más a un interés personal del alcalde que a un verdadero deseo de la ciudadanía.
Para Arenzano, este episodio es solo un ejemplo más de la tendencia de Diez Francos a imponer su figura y borrar los símbolos históricos en beneficio de su propio culto a la personalidad.
“Este gobierno será recordado como uno marcado por la egolatría desmesurada y la falta de respeto hacia la historia de México”, sentenció.


