Apartir del primero de enero será un mantenido más
De la redacción
El Buen Tono
CÓRDOBA, VER.– La trayectoria política de Jorge Maximiliano Huerta Vázquez dentro de Morena en Córdoba se consolidó como un ejemplo del oportunismo interno, la captura de espacios públicos por grupos de poder y la degradación del discurso de transformación, al quedar alineado con la corriente encabezada por Zenyazen Escobar García y Juan Tress Zilli.
Su ascenso no se sustentó en respaldo ciudadano, trabajo territorial ni resultados electorales, sino en reacomodos cupulares y rupturas estratégicas. Tras romper con quien fuera su principal impulsor, Arnulfo Vázquez Hernández, se integró al grupo político ligado a Escobar García y Tress Zilli, desde donde fue colocado como coordinador distrital y posteriormente proyectado al Cabildo de Córdoba.
Lejos de representar una renovación generacional, Huerta Vázquez llegó a posiciones clave sin antecedentes de gestión comunitaria, liderazgo social ni aportaciones verificables al desarrollo municipal. Su perfil profesional tampoco fue determinante, ya que su titulación como licenciado en Derecho se concretó hasta enero de 2023, cuando su carrera política ya avanzaba impulsada por acuerdos internos.
Uno de los señalamientos más graves se relaciona con la operación de una estructura partidista instalada durante varios años en un inmueble ubicado junto a la Comisión Federal de Electricidad, en la calle 7 entre avenidas 3 y 5. Hasta hoy, no se ha transparentado el origen de los recursos destinados al pago de renta, servicios y sueldos de operadores políticos.
Militantes de Morena denunciaron que dichos fondos habrían provenido de la Secretaría de Educación de Veracruz y del programa federal “Jóvenes Construyendo el Futuro”, lo que implicaría el uso de recursos públicos con fines partidistas. A ello se suman acusaciones sobre el cobro de cuotas a jóvenes incorporados a dependencias gubernamentales durante el periodo en que su entonces aliado político ocupó una subsecretaría estatal.
