


DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
Córdoba.- Jorge Huerta, quien podría ocupar una regiduría en la próxima administración municipal, no solamente protagonizó un choque en estado de ebriedad que dejó una persona lesionada, en el mes de mayo, sino que ahora se exhibe como un corrupto al apropiarse del dinero que debía pagar a sus ex colaboradores.
Denuncias firmes señalan que Huerta no entregó el último pago que correspondía a quienes trabajaron en su oficina durante las pasadas elecciones. Más grave aún, afirman que siguió cobrando esos salarios a nombre de sus empleados, robándoles recursos públicos o partidistas sin el menor reparo.
Las víctimas temen denunciar por temor a represalias o por lealtad ciega al partido, pero la verdad es que este tipo de abusos y corrupción están a la orden del día en las filas de los aliados de Manuel Alonso Cerezo, el impugnado y líder del cártel inmobiliario, que ha hecho del poder un negocio personal.
Morena debe aclarar por qué protege a personajes así, que únicamente buscan enriquecerse a costa del trabajo ajeno. La impunidad y el abuso no pueden seguir siendo la norma.


