AGENCIA
San Francisco, Cam.- El 30 de marzo de 2025, Cielo, una joven de 22 años, salió de fiesta con sus amistades. Tras acudir a un antro, decidieron continuar la noche en un “after” en el departamento de la joven. Ahí, Yeshua “N”, Jorge “N” y Ángel “N”, presuntamente la violaron en “manada”.
Horas después, el 31 de marzo, Cielo denunció el hecho ante el Centro de Justicia para la Mujer de la Fiscalía General del Estado de Campeche (FGECAM), donde se abrió la carpeta de investigación CI-2-2025-448. El delito fue tipificado como violación equiparada tumultuaria, y no fue sino hasta el 15 de abril que se giraron órdenes de aprehensión. Sin embargo, casi cuatro meses después, solo uno de los acusados, Ángel “N”, ha sido detenido, el pasado 10 de julio.
Una madre que lucha contra el silencio institucional
Luisa Elizabeth Rodríguez Berzunza, madre de Cielo, dejó su vida en Playa del Carmen, Quintana Roo, para mudarse a Campeche y acompañar a su hija en la búsqueda de justicia. “Mi hija me avisó en la madrugada. Llegué el 31 y la llevé a denunciar. Aprendí que un ‘58’ es una violación. Otras mujeres también esperaban ser atendidas”, recordó.
Desde entonces, Liz -como prefiere que la llamen- ha tocado puertas de autoridades estatales: La Secretaría de Gobierno, la Dirección de Participación Social (dirigida por una sobrina de la gobernadora Layda Sansores) y la Fiscalía estatal. No ha encontrado respuestas. Incluso, asegura que durante la declaración inicial de su hija, funcionarias cuestionaron los nombres de los agresores y dudaron de su testimonio.
El 4 de abril, Cielo renunció a los abogados de oficio y contrató representación privada. Desde entonces, madre e hija han enfrentado un “calvario” legal.
Presuntos agresores con vínculos políticos
Los tres señalados tienen nexos familiares con personas cercanas al poder. Liz asegura que trabajaron en campañas políticas de Morena, y que la madre de Yeshua labora en el área de comunicación del Gobierno del Estado. “Tienen relaciones políticas”, subrayó.
Pese a los intentos por establecer contacto, Liz no ha sido recibida por la gobernadora Layda Sansores. El 20 de mayo encabezó una marcha hacia el Palacio de Gobierno. En redes sociales y en el Congreso local, ha pedido el respaldo de la ciudadanía y de los legisladores para que el caso no quede impune.
Otras víctimas, mismo patrón
Tras hacer pública la agresión el 16 de mayo, Liz recibió mensajes de otras jóvenes que denunciaban haber sido atacadas bajo el mismo modus operandi: En afters, aprovechando el consumo de alcohol o la confianza entre conocidos. Algunas decidieron no denunciar por temor o vergüenza. En la Universidad Autónoma de Campeche, Yeshua ya había sido exhibido en un tendedero de denuncias durante el 8M.
Una lucha que no termina
A más de 100 días de la agresión, Cielo sigue viviendo secuelas emocionales severas. “Nadie más que yo sabe lo que son las crisis en la noche, curar a tu hija, levantarla cuando grita, ver cómo se rompe”, dijo su madre.
Cielo decidió alzar la voz para evitar que otras jóvenes pasen por lo mismo. Ella y su madre han escrito incluso a la presidenta Claudia Sheinbaum, con la esperanza de que el gobierno federal intervenga ante la pasividad de las autoridades locales.
“Nos está costando levantarnos, pero no vamos a callarnos”, sentenció Liz, quien continuará buscando justicia para su hija.
Es más probable que un juez mande a silenciar a la madre, ponerle multa y que pida disculpas a Sansores, que a que detengan y encarcelen a éstos, si son culpables. ¡Qué raro que pasen esas cosas en los estados donde todo es felicidad!
¿Mañana en la mañana estarán todos presos, verdad? ¿Nada de citados o indicados, ya solo esperando que el juez dicte las sentencias de culpables e informe cuantas décadas les darán, habría muchos agravantes, o se aventaran una cuauhtemiña? ¿ O como son de Morena son inocentes?
