Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- Eran las 7:58 horas de este martes cuando los primeros ciudadanos comenzaron a llegar al Palacio Municipal para realizar sus trámites. A pesar de que faltaban sólo dos minutos para el inicio de la jornada laboral, los elementos de la Policía Municipal, apostados en la entrada, impidieron el acceso al público argumentando que el edificio aún estaba cerrado y que solamente podían ingresar los trabajadores del ayuntamiento.
Lo indignante es que la ciudadanía madrugó, con documentos en mano y en espera de atención, mientras que en el interior del edificio no se encontraba presente ningún funcionario. Ni el presidente municipal Juan Martínez Flores, ni los directores de área, ni los regidores responsables de atender a la población habían llegado a sus oficinas, dejando en evidencia una administración marcada por la impuntualidad, la desorganización y el desprecio por el tiempo de la gente.
Esta situación, cotidiana en esta administración morenista, refleja el abandono y la falta de compromiso de quienes hoy encabezan el ayuntamiento. El discurso de cercanía y servicio que tanto ha pregonado Juan Martínez se desmorona frente a la realidad de un gobierno que ni siquiera puede garantizar que su personal esté listo para atender desde la hora establecida.
Mientras Córdoba se enfrenta a una creciente crisis en servicios públicos, inseguridad y parálisis administrativa, el Palacio Municipal permanece cerrado a los ciudadanos por la ausencia total de liderazgo y responsabilidad del presidente municipal y de su cabildo.
