


Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- Sin obra, sin presencia y sin agenda legislativa, el diputado local por el Distrito XIX, Juan Tress Zilli, sigue cobrando puntualmente un salario mensual de más de 143 mil pesos, producto de su dieta, subsidios legislativos y apoyos para gestión que en la práctica no se ven reflejados en ninguna mejora para los municipios de Córdoba, Amatlán y Yanga.
De acuerdo con información oficial, el legislador del Partido Morena percibe un sueldo neto de 58 mil 123.44 pesos, a lo que se suman 40 mil pesos de subsidio legislativo y 45 mil más por apoyo para gestión y desarrollo, alcanzando un total de 143,123.38 al mes. Todo esto por mantenerse en un cargo desde el que no se ha impulsado una sola iniciativa relevante sin que antes le dé la orden el diputado federal Zenyazen Escobar García.
Mientras tanto, las colonias marginadas, las escuelas públicas y las vialidades de los tres municipios que integran el distrito siguen deteriorándose. No hay gestión, no hay atención ciudadana, no hay respuestas. Juan Tress convirtió su curul en un búnker de protección personal y de negocios familiares, más interesado en blindar su flotilla de autobuses “8 de Marzo” que en legislar o representar a quienes votaron por él.
Desde su llegada al Congreso, el distrito ha permanecido en abandono, con cero presencia en medios por acciones concretas, y únicamente aparece en actividades o eventos cuando se lo indica su padrino político. Lo demás, puro silencio, puro cobro y puro cinismo.
El jugoso salario que recibe cada mes contrasta con el vacío absoluto que deja en las comunidades que lo eligieron. Para la ciudadanía, Juan Tress Zilli es un fantasma caro, un político que se esconde detrás del escritorio para proteger sus intereses personales, mientras los problemas reales del pueblo siguen sin respuesta.
Así, el Distrito XIX vive hoy la peor representación legislativa de su historia: un diputado millonario que no trabaja, que no propone y que usa el poder para servirse, no para servir.


