

De la Redacción
El Buen Tono
Xalapa, Ver. – El diputado local por el Distrito XIX, Juan Tress Zilly, apareció recientemente en el Congreso de Veracruz enfundado en vestimenta tradicional mexicana, sombrero incluido, en un burdo intento por simular cercanía con el pueblo. La escena, tan artificial como ofensiva, recuerda la estrategia de Xóchitl Gálvez, quien utilizó la “moda indígena” para construir una narrativa de falsa identidad popular. En el caso de Tress Zilly, la impostura se vuelve grotesca al considerar su historial como empresario y político.
Tress Zilly se ha beneficiado del caos y la falta de regulación en el servicio público. Sin contar con autorización oficial, impuso un aumento de tarifa a 10 pesos en rutas de Córdoba, golpeando directamente el bolsillo de los usuarios.
Desde su curul, se presenta con camisa de manta y paliacate rojo, buscando apropiarse de símbolos populares para legitimar su presencia en una legislatura en la que ha brillado por su ausencia. No hay registro de iniciativas relevantes de su parte. Su papel ha sido el de votar lo que le ordenan, sin cuestionar ni proponer, sin representar de manera real a los ciudadanos que lo eligieron.
Además, se le ha señalado por hacer uso del Congreso como trampolín político, utilizando recursos públicos y su cargo para operar campañas en como la del Lavador del Crimen Organizado Manuel Alonso Cerezo en lugar de legislar. Mientras tanto, los problemas de su distrito —como la inseguridad, la falta de agua potable y la precariedad en el transporte— siguen sin solución.
