

París vivió una noche inolvidable y agridulce este sábado, cuando el Paris Saint-Germain se coronó campeón de la Liga de Campeones con una contundente victoria 5-0, convirtiendo la capital francesa en una fiesta… que terminó empañada por graves disturbios.
La Torre Eiffel se iluminó de rojo y azul, los Campos Elíseos se llenaron de cánticos, bengalas y claxons en honor al PSG, pero la alegría se vio opacada por escenas de violencia urbana que obligaron a una masiva intervención policial. Según la Prefectura de Policía, al cierre de la noche ya se habían detenido al menos a 131 personas, muchas de ellas por saqueos, enfrentamientos y actos de vandalismo.
Más de 4.500 agentes fueron desplegados por toda la ciudad para contener los disturbios. Incluso antes del pitazo final, grupos de encapuchados comenzaron a generar incidentes, especialmente en puntos emblemáticos como el Arco del Triunfo y la Puerta de Saint Cloud, donde hubo lanzamientos de fuegos artificiales contra las fuerzas del orden y se llegó a utilizar un camión lanza agua.
Los Campos Elíseos, epicentro del festejo, también se convirtieron en escenario de violencia. Comercios protegieron sus vitrinas con tablones, pero algunos no evitaron los saqueos: una tienda de zapatillas fue forzada por un grupo de vándalos, aunque la rápida acción policial resultó en una treintena de arrestos.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, fue tajante: “Mientras los verdaderos hinchas celebran, hay bárbaros que aprovechan para delinquir”.
También se registraron autos incendiados, destrozos en mobiliario urbano y hasta un intento de bloqueo en la autopista periférica de París. Sin embargo, en varias zonas de la capital, la celebración fue completamente pacífica, con familias, niños y fanáticos coreando al unísono los himnos del PSG, sin más arma que su alegría.
