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LA MODA FEMINISTA

Superiberia

POR Andrés Timoteo / COLUMNISTA

LA MODA FEMINISTA

“¿Te sientes incómoda, acosada o en peligro?, ¿tu cita no va como esperabas?, ¿Sientes que bebiste de más?, ¿hay una persona que te asusta?, ¿alguien te sigue? Si estás en la zona y te sientes sola, insegura o en riesgo, nosotros te ayudamos a llegar a casa. Te acompañamos hasta tu coche, pedimos un ‘taxi seguro’, llamamos a un familiar o un amigo o a la policía”.

Son las frases de una campaña ciudadana para ayudar a las mujeres y combatir la violencia de género, especialmente los feminicidios, que surgió hace días en el bajío del País, pero se está extendiendo por todos lados. En Veracruz hay diversos negocios -desde hoteles, estéticas, panaderías, tiendas y hasta bares- que se unieron a esta campaña de auxilio a las mujeres que crean que su integridad física está en peligro y que serán víctimas de una agresión.

Las ciudades de Xalapa, Coatepec, Veracruz y Boca del Río han sido las primeras en sumarse a dicha campaña que fue copiada de lo que desde algún tiempo se activó en países europeos como Dinamarca, Suecia, Italia y España. En este último País, en casas, comercios y oficinas públicas o privadas se coloca un cartel con la frase “Espacio seguro y libre de violencia” donde las mujeres pueden llegar a pedir ayuda.

Asimismo, en hoteles y bares del País ibérico se coloca el dibujo de una mano color morado y con un lazo en el dedo meñique que es un símbolo de refugio emergente para mujeres en peligro. Donde ven una mano en el escaparate, puerta o vidriera es un aviso a la población femenina de que se les ayudará a sentirse a salvo y a pedir la intervención, ya sea de las autoridades o de grupos especializados en apoyar a las víctimas.

Pero en México está campaña cobra importancia por la “ola” de feminicidios. Una mujer es asesinada cada tres días, según las estadísticas. Las mujeres también están en peligro en Veracruz, pues desde diciembre a la fecha van al menos 40 asesinatos por motivos de odio. Al inicio de esta misma semana conmocionó la zona Centro con el asesinato a golpes de una mujer en Zongolica y el victimario fue su pareja sentimental.

Por lo tanto, es encomiable esa campaña de auxilio y resguardo emergente que la ciudadanía ofrece a las mujeres, aunque no será suficiente. Las féminas no podrán estar a salvo si la autoridad no garantiza la seguridad en las calles ni procura que sea lo mismo al interior de los hogares.

Los ciudadanos pueden entrar al quite en situaciones emergentes, pero no les corresponde hacerlo permanente, porque para eso está el Gobierno que tiene la representación popular para hacerse cargo del monopolio de la fuerza y asegurar la prevalencia del Estado de Derecho.

Esta iniciativa para dar ayuda y refugio a las mujeres es una vergüenza para los gobernantes que están inactivos frente a la violencia feminicida. Por otro lado, también la campaña se antoja como una “moda” en la era de lo políticamente correcto. Hoy todos quieren sumarse para combatir la violencia criminal contra las mujeres, pero muchos de los que abrazan tal consigna no superan una revisión ética -y algunos hasta judicial- sobre ese flagelo.

Por ejemplo, los bares y hoteles se están anunciando como sitios seguros para las mujeres, pero muchos son los sitios de riesgo porque en ellos se cometen ataques sexuales, se drogan a las adolescentes y han sido los escenarios de desaparición forzada de muchas jovencitas. ¿Por qué ahora se cuelgan de tal promoción feminista? Por moda.

Algunos negocios que también han anunciado por las redes sociales su adhesión a esta campaña tienen a empleadas a las que explotan laboralmente, discriminan y algunas son víctimas permanentes del acoso sexual de los jefes varones. Casos abundan si se revisa la lista de los que ahora se dicen solidarios con las mujeres.

Claro, lo anterior no desmerita la acción ni descalifica automáticamente a los otros participantes, que en realidad están dispuestos a brindar auxilio a las mujeres de buena fe y en buena lid, pero no todos están en esa sintonía, sino que buscan colgarse de la promoción y hasta banalizan la emergencia por la violencia de género.

Los que tampoco tienen vergüenza son los funcionarios del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) y de algunos ayuntamientos que se han sumado a la campaña cuando son parte de gobiernos que no hacen su trabajo para garantizar la seguridad a las mujeres. Para ellos, sumarse a cuidar a la población femenina no tiene ningún mérito ni es una opción sino una obligación. Vara caraduras.

YA EL PRIMER EDIL

La “ola” de violencia que castiga a Veracruz ahora tomó un sesgo político por el ataque directo contra un representante popular: el alcalde de Astacinga, Antonio Ramírez Itehua, quien el lunes fue herido a balazos por sicarios en un camino rural de la Sierra de Zongolica. El edil sobrevivió a la agresión, pese a haber recibido varios impactos, pero su estado sigue siendo grave, según los médicos del hospital donde es atendido.

Es el primer caso de un atentado contra un edil en este sexenio que inicia y posiblemente sea una suerte de preámbulo de más agresiones contra otros representantes populares si no hay una respuesta puntual de las autoridades. No es la primera vez que sucede un hecho violento en comunidades serranas de Zongolica, pero si la primera ocasión que es contra un alcalde en funciones, lo que enrarece más el ambiente de todo el estado.

Cuatro han sido los presidentes municipales asesinados en Veracruz por el crimen organizados en los últimos años. El caso mas reciente fue el del alcalde electo de Hidalgotitlán, Santa Cruz Bahena de Nueva Alianza quien fue acribillado en su casa por un grupo de sicarios el 20 de noviembre de 2017, 11 días antes de asumir el cargo. Al edil se le relacionó con grupos dedicados al robo de combustible en la zona.

El 28 de junio de 2012 se localizó en paraje de Oaxaca el cadáver de la panista Marisol Mora Cuevas, presidenta municipal de Tlacojalpan, quien había sido secuestrada días antes presumiblemente porque se negó a pagar las extorsiones de una célula criminal. Meses antes, el 23 de febrero, desapareció Saturnino Valdés Llanos de Tampico Alto.

Valdés Llanos fue citado en Tampico por el capo de un grupo del crimen organizado y nunca más se le volvió a ver, aunque hubo la versión de que en marzo de ese mismo año su cadáver fue encontrado en una fosa común con 10 cuerpos más. El 8 de noviembre de 2010 fue “levantado” y asesinado el panista Gregorio Barradas Miravete, 20 días antes de que se convirtiera en munícipe de Juan Rodríguez Clara.

El crimen de Barradas Miravete lo cometieron sicarios del narcotráfico, pero corrió la versión de que fue por encargo de un poderoso político que en ese tiempo tenía “el pinche poder en la mano”.

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