De la redacción
El Buen Tono
Con la llegada oficial de diciembre, las calles comienzan a iluminarse, las casas se llenan de adornos y los árboles navideños aparecen en mercados y tiendas. Las listas de regalos crecen y el ambiente cambia, pero detrás de esta celebración que inspira películas, reuniones familiares y grandes celebraciones, existe una historia que se remonta siglos atrás.
La Navidad es una fecha celebrada a finales de diciembre que ha adquirido distintos significados según la cultura, las creencias y las experiencias personales. Aunque su origen es religioso, con el tiempo trascendió ese ámbito para convertirse en un periodo marcado por la unión familiar, la convivencia y las expresiones de afecto.
Hoy en día, la Navidad reúne tradiciones como decorar el hogar, intercambiar regalos y compartir comidas especiales. Más allá de las diferencias culturales, esta fecha simboliza esperanza, generosidad y la oportunidad de fortalecer los lazos con quienes nos rodean.
Aunque oficialmente la Navidad se celebra el 25 de diciembre, muchas familias consideran la noche del 24 como el momento central, cuando se realizan las cenas, reuniones y el intercambio de regalos. En México, el 25 de diciembre está establecido por la Ley Federal del Trabajo como día de descanso obligatorio, lo que refuerza su reconocimiento como fecha oficial.
El origen de la Navidad está ligado al nacimiento de Jesús, aunque la fecha del 25 de diciembre no aparece en los textos bíblicos. De acuerdo con National Geographic, esta elección se relaciona con antiguas festividades romanas del solsticio de invierno, en las que se celebraba el renacimiento simbólico del sol.
A partir del siglo III, algunos estudiosos cristianos comenzaron a vincular esta fecha con el nacimiento de Cristo, lo que ayudó a difundir la celebración. Con el paso del tiempo, la Iglesia integró elementos de estas festividades paganas para consolidar una fecha que diferenciara la celebración cristiana de otras creencias.
Otra interpretación señala que el 25 de diciembre surge del cálculo teológico que ubicaba la concepción de Jesús el 25 de marzo, nueve meses antes de su nacimiento. Aunque la Navidad se consolidó como liturgia religiosa en el siglo IX, su transformación en una celebración familiar y cultural se fortaleció durante el siglo XX.
Fue en este periodo cuando la Navidad comenzó a adquirir un carácter más universal. Según la Enciclopedia Britannica, esta evolución impulsó tradiciones modernas como el intercambio de regalos, la decoración del hogar y la popularización de figuras como Santa Claus, lo que convirtió a la temporada navideña en uno de los momentos de mayor convivencia y actividad comercial a nivel mundial.
