AGENCIA
Ciudad de México.- Entre deslindes, señalamientos y mensajes indirectos, el diputado federal de Morena, Leonel Godoy, respondió a las acusaciones que lo vinculan con el asesinato del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, con declaraciones que lejos de aportar claridad han despertado críticas por el tono político y la evasión de responsabilidades.
Godoy descartó rotundamente cualquier relación con el crimen durante una entrevista con El Financiero, atribuyendo las acusaciones a “intereses políticos” impulsados por Juan Manzo, hermano del exalcalde. De acuerdo con el legislador, esas versiones nacen de la disputa interna de Morena en Michoacán, reduciendo el caso a un conflicto partidista en lugar de reconocer la gravedad de un asesinato que continúa sin respuesta.
En su intento por matizar el dolor de la viuda, Grecia Quiroz, el diputado reconoció su búsqueda de justicia, pero terminó desestimando su postura al compararla con una reacción emocional. Sus declaraciones fueron percibidas por críticos como una estrategia para validar su narrativa que evade la dimensión social e institucional de un crimen de alto impacto en el municipio.
La insistencia de Godoy en recordar que su relación personal y política con Carlos Manzo era conocida y normalizada plantea más dudas que certezas. Que ambos coincidieran en reuniones privadas, reconocidas por la propia alcaldesa, termina reforzando un escenario que amerita transparencia profunda y no únicamente aclaraciones en medios, sobre todo cuando el debate público exige respuestas a una investigación todavía inconclusa.
Mientras buscaba responder acusaciones, el legislador aprovechó para dirigir consejos sobre cómo debe gobernar Grecia Quiroz, sugiriendo que se concentre en estabilizar su administración y coordinarse con instancias federales. El comentario fue interpretado como una salida política que desplaza la discusión de fondo, colocando el foco sobre la gestión de la viuda en lugar de la exigencia de justicia.
Respecto a su comparecencia ante la Fiscalía, Godoy aseguró estar dispuesto a declarar únicamente si existe una solicitud fundamentada. Aunque afirmó que su fuero no sería un impedimento, remarcó la necesidad de que cualquier citación provenga de elementos verificables, lo que deja la impresión de una disposición condicionada y calculada.
Finalmente, opinó sobre las aspiraciones de Quiroz a la gubernatura, reconociendo que tiene cualidades para competir. No obstante, sus declaraciones fueron leídas como un nuevo intento de trasladar la discusión hacia el terreno electoral, en una coyuntura que exige respuestas jurídicas y no proyecciones políticas.
En un contexto marcado por violencia, desconfianza ciudadana y crisis de seguridad en Michoacán, las afirmaciones de Godoy revelan un discurso que prioriza el control del relato interno de Morena antes que la transparencia frente a ciudadanos que continúan sin saber quién o por qué fue asesinado un presidente municipal en funciones. El caso permanece abierto, pero mientras tanto, la narrativa política avanza más rápido que la justicia.
