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Lo denunció por deudor alimentario y la αsɛsinó frente a su hijo en Culiacán

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De la redacción
El Buen Tono

Culiacán, Sin.– La noche del 28 de diciembre se convirtió en una de las más dolorosas para Culiacán. Astrid Yáñez, de 26 años, y su hijo Dante, de seis, fueron asesinados al interior de su vivienda en el fraccionamiento Bosques del Álamo. El responsable, Jesús Fernando, expareja de la joven y padre del menor, los atacó con arma punzocortante y posteriormente incendió la casa con ambos dentro, culminando meses de amenazas y hostigamiento.

El crimen ocurrió después de un largo historial de abandono y violencia. Astrid había demandado a su expareja como deudor alimentario y había denunciado públicamente su intento de ocupar un cargo público en el municipio de Culiacán pese a tener procesos legales abiertos. Esa exigencia de justicia, coinciden amigos y colectivos, desató nuevas amenazas que finalmente escalaron hasta el asesinato.

Astrid había logrado en 2024 uno de sus mayores sueños: ejercer como psicóloga, tras concluir sus estudios en la Universidad Autónoma de Sinaloa. En julio abrió su propia consulta, enfocada en depresión, ansiedad y adicciones. Amigos cercanos la recuerdan como una mujer alegre, solidaria y profundamente entregada a su hijo. “Desde que nació Dante, su vida era él”, relatan personas de su entorno.

Desde 2023, la joven utilizó sus redes sociales para visibilizar la violencia económica y de género que enfrentan miles de mujeres en México, difundiendo el nombre y la imagen de su agresor como deudor alimentario. También participó activamente en la búsqueda de mujeres desaparecidas, dejando mensajes que hoy estremecen: “Si un día desaparezco, búsquenme. Jamás dejaría a Dante”.

El domingo 29 de diciembre, vecinos alertaron a las autoridades por un incendio en la vivienda. En un estado marcado por la violencia ligada al crimen organizado, inicialmente se pensó que se trataba de otro ataque contra casas. Sin embargo, al sofocar las llamas, policías y bomberos localizaron los cuerpos de Astrid y Dante. La Fiscalía de Sinaloa confirmó que ambos murieron por heridas de arma punzocortante y que el incendio fue provocado para intentar encubrir el crimen.

Horas antes, el presunto responsable había ingresado herido a un hospital del IMSS, donde afirmó haber sido atacado en la vía pública. Fue reconocido y puesto bajo custodia, y días después quedó vinculado a proceso por feminicidio y homicidio agravado en razón de parentesco, permaneciendo en prisión preventiva.

El caso de Astrid Yáñez vuelve a exhibir la crudeza de la violencia de género en México, donde diariamente son asesinadas alrededor de 10 mujeres y la mayoría de los casos quedan impunes. Para familiares y amigos, la exigencia es clara: justicia para Astrid y Dante, y que su historia no se convierta en una cifra más.

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