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Internacional.- Los jets privados más caros del mundo representan el máximo nivel de exclusividad, tecnología y comodidad en la aviación ejecutiva. Estas aeronaves no solo destacan por su precio, sino por interiores comparables a mansiones voladoras y por su capacidad de recorrer largas distancias sin escalas.
Encabeza la lista el Airbus A380 privado, considerado el jet más caro jamás construido, con un valor estimado superior a los 500 millones de dólares. Esta aeronave, adaptada para uso personal, cuenta con suites, salas de juntas, gimnasio, spa y hasta una sala de cine.
Le sigue el Boeing 747-8 VIP, cuyo costo ronda los 400 millones de dólares. Es utilizado principalmente por jefes de Estado y multimillonarios, y puede incluir dormitorios de lujo, oficinas, comedores formales y sistemas de comunicación de alta seguridad.
En el segmento de jets ejecutivos de largo alcance destaca el Gulfstream G700, con un precio aproximado de 75 millones de dólares. Ofrece una de las cabinas más espaciosas de su categoría, tecnología de vuelo avanzada y autonomía para conectar continentes sin escalas.
Otro modelo de alto perfil es el Bombardier Global 8000, valuado en cerca de 78 millones de dólares. Se distingue por su velocidad, alcance intercontinental y un interior diseñado para maximizar el confort durante vuelos prolongados.
Finalmente, el Dassault Falcon 10X, con un costo cercano a los 75 millones de dólares, sobresale por su diseño aerodinámico, eficiencia y una cabina que prioriza el silencio y la personalización total.
Estos jets privados no solo son medios de transporte, sino símbolos de poder económico y estatus, accesibles únicamente para una élite capaz de invertir cientos de millones de dólares en viajar con privacidad absoluta y lujo sin límites.


