

De la Redacción
El Buen Tono
CÓRDOBA.- Una fotografía basta para desatar el hartazgo: un plato raquítico, mal servido y con una presentación que indigna.
Eso es lo que ofrece el DIF municipal de Córdoba a cambio de 40 pesos.
Lo que debería ser un espacio de asistencia y dignidad para los más vulnerables, se ha convertido en un burdo negocio familiar disfrazado de comedor comunitario.
La denuncia ciudadana, respaldada por imágenes, evidencia lo que muchos temían: el “servicio social” es en realidad una burla descarada hacia quienes menos tienen.
“Esto lo comparto para que la gente no desperdicie su dinero ahí”, dijo un usuario que, como muchos, prefirió mantenerse en el anonimato ante posibles represalias.
En fondas comunes de la ciudad, por el mismo precio o incluso menos, se obtiene comida completa, con agua y hasta postre.
¿Dónde está entonces el subsidio social? ¿En qué se gasta el dinero público?
Casi $3 millones mensuales…
¿para lucrar?
El DIF de Córdoba recibe cada mes 2 millones 850 mil pesos del ayuntamiento, pero ha dejado de otorgar apoyos sociales directos.
Los escasos insumos que reparte provienen del DIF estatal, y aun así cobran cada servicio como si se tratara de una empresa privada. La opacidad reina: no existe información pública clara sobre en qué se gasta ese millonario presupuesto. Y lo peor: la mayoría de sus servicios “sociales” tienen costos disfrazados de “aportaciones voluntarias”, lo que viola el principio mismo de asistencia pública.
