De la redacción
El Buen Tono
Después de más de 70 días con Córdoba hundida en la pestilencia y con un centro de transferencia convertido en basurero clandestino, el alcalde Juan Martínez Flores salió en redes sociales a presumir que el problema de la basura “ha sido superado”.
Pero la ciudadanía lo tiene claro: no se trató de un logro, sino de una obligación incumplida, pues solo hasta que fue exhibido públicamente ordenó limpiar el tiradero.
En un video oficial, Martínez agradeció a regidores y trabajadores por el supuesto “gran trabajo” y anunció que en los próximos días lavarán el espacio con químicos para eliminar bacterias. Sin embargo, los comentarios en redes lo desmintieron:
– “Solo limpiaron porque fueron exhibidos”.
– “Si no se hubiera denunciado, ahí seguirían las montañas de basura”.
– “Ahora presumen trabajo cuando en realidad solo mostraron su incapacidad”.
Negocio sucio y más gasto para el municipio
Lo que el alcalde tampoco dijo es que el centro de transferencia ha funcionado como mercado negro de basura, donde pepenadores pagan cuotas diarias, dejando hasta 12 millones de pesos al año en manos de funcionarios corruptos bajo su protección.
Además, por su mal trabajo e ineptitud, el gasto en el manejo de basura ha aumentado, destinándose más recursos públicos a un servicio que sigue siendo deficiente y corrupto.
Dato duro:
El centro de transferencia operó como basurero clandestino por más de 70 días, generando un foco de infección para miles de familias. Solo tras las denuncias públicas, el alcalde ordenó limpiar y ahora lo presume como “logro”, a pesar de que su incapacidad ha elevado los costos del servicio.
Dato:
Aún falta que mande a reparar las unidades que tiene descompuestas y en mal estado, las cuales además se exhiben en este vídeo.
