


AGENCIA
Ciudad de México.- Una tragedia estremeció a una comunidad capitalina el pasado 26 de julio, cuando Silvana Torres López, una joven madre, atacó con un cuchillo a su hija de apenas dos años de edad, Antonella López Torres, provocándole heridas fatales. Tras el ataque, la mujer intentó quitarse la vida con la misma arma.
Aunque ambas fueron trasladadas con vida al hospital, la menor no logró sobrevivir a las heridas. Silvana, por su parte, recibió atención médica y, tras estabilizarse, fue internada en la Clínica Psiquiátrica San Juan de Dios, donde fue evaluada por un equipo médico especializado.
“No recuerda lo que hizo”
Durante su estancia en la clínica, Silvana declaró a los médicos que actuó “enceguecida por la ira” y que no recordaba el momento del ataque. El hecho ocurrió pocos días después de que terminara una relación sentimental con su pareja, quien no era el padre de la menor.
Alta médica y traslado a prisión
Luego de confirmarse una recuperación favorable, Silvana recibió el alta médica el viernes 1 de agosto. De inmediato, agentes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) ejecutaron su traslado a un centro penitenciario, dando inicio al proceso judicial por el crimen.
Testimonios: Una madre amorosa y vulnerable
La comunidad permanece conmocionada ante el hecho. Vecinas y amigas de Silvana ofrecieron testimonios que contrastan con la brutalidad del caso.
“Ella amaba a su hija, era una buena madre”, relató Magola Valencia, amiga cercana de la agresora. Aseguró que Silvana estaba pasando por un momento de gran vulnerabilidad emocional tras la ruptura de su relación de pareja. “Ella daba la vida por esa niña”, afirmó.
Otra vecina, identificada como Luisa, señaló que nunca escuchó señales de violencia intrafamiliar en el apartamento. “Jamás se escucharon gritos o peleas”, dijo.
La policía evitó un linchamiento
La indignación colectiva tras conocerse la noticia llevó a que varios vecinos intentaran agredir físicamente a Silvana, pero la intervención oportuna de elementos de la Policía evitó que fuera linchada.
“Le gritaban que era una mala madre, aunque ni la conocían”, relató Magola. “Nada justifica lo que pasó, pero creo que su mente se nubló completamente”.
Las autoridades colombianas continúan con la investigación del caso mientras la joven madre permanece bajo custodia en prisión preventiva, a la espera del avance de su proceso judicial.


