De la redacción
El Buen Tono
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a escalar el conflicto con Estados Unidos al llamar a una “gran protesta mundial” permanente, dirigida por trabajadores de la industria petrolera y gasífera, tras la incautación de un buque que transportaba crudo venezolano en el mar Caribe.
Durante un congreso constituyente transmitido por la televisión estatal, el mandatario exigió movilizaciones constantes contra Washington, al que acusó de “piratería”, luego de que autoridades estadounidenses confiscaran el pasado 10 de diciembre un buque petrolero que navegaba con bandera falsa y cargamento vinculado a Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Maduro pidió a la clase obrera petrolera actuar en todos los escenarios internacionales y presionar a armadores y puertos del mundo, en un nuevo intento por internacionalizar el conflicto y desviar la atención de la crisis interna que atraviesa el país. El gobernante insistió en que Estados Unidos busca imponer restricciones globales al comercio, pese a que la incautación se realizó bajo un proceso judicial.
Las declaraciones se dan en medio de un ambiente de creciente tensión regional, marcado por el despliegue aeronaval de Estados Unidos en el Caribe. Mientras el gobierno estadounidense, encabezado por el presidente Donald Trump, sostiene que estas acciones forman parte del combate al crimen organizado, Maduro las presenta como un intento de sacarlo del poder.
El buque interceptado, identificado como Skipper, fue asegurado por autoridades estadounidenses debido a antecedentes relacionados con contrabando de petróleo sancionado. Según Caracas, la embarcación transportaba 1.9 millones de barriles de crudo venezolano, aunque no se informó el destino final de la carga.
La Casa Blanca confirmó que el buque se encuentra bajo un proceso de decomiso y será trasladado a un puerto estadounidense para proceder legalmente con la incautación, mientras el gobierno venezolano responde con discursos de confrontación que profundizan su aislamiento internacional.
