Agencias
México.- El Día de las Madres en Culiacán fue el más amargo para Sandra, quien sufrió la pérdida repentina de su hijo de dos años, Emmanuel. Su pequeño emprendió un viaje sin retorno, dejando a Sandra sumida en el dolor y la incredulidad. Apenas esa mañana, las risas de Emmanuel llenaban el poblado El Alto del Coyote, pero su vida se truncó inesperadamente cuando detuvo su paso en una calle frente a su casa y ya no pudo moverse más.
De acuerdo con los informes, el niño se soltó de la mano de una menor y corrió
hacia la carretera, donde fue atropellado por un vehículo que circulaba al parecer
de norte a sur.
La tragedia ha sumido a Sandra en un profundo vacío. A pesar del apoyo de sus compañeras de dolor, su mirada perdida y su rostro sin lágrimas reflejan la magnitud de su sufrimiento. Las alegrías planeadas para ese día se transformaron en dolor y la ilusión de celebrar junto a su hijo se desvaneció. Sandra camina hacia adelante, pero sus ojos parecen seguir fijos en el lugar donde yace su pequeño, bloqueados por la magnitud de la pérdida.
Este Día de las Madres, Sandra se queda desolada, con las flores destinadas a su festejo ahora en memoria de Emanuel. La celebración se convirtió en un día contradictorio, lleno de dolor y desbordamiento emocional para Sandra, quien parece haber perdido una parte de sí misma junto con su hijo.
