DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
CÓRDOBA.- La transición del Ayuntamiento de Córdoba inició bajo un esquema de acuerdos privados y un manejo restrictivo de la información.
El alcalde Juan Martínez Flores y el presidente municipal electo, Manuel Alonso Cerezo, sostuvieron una reunión a puerta cerrada sin permitir el acceso a medios de comunicación, estableciendo desde el primer momento un proceso ajeno a la transparencia.
Por instrucciones directas del gobierno en funciones, se bloqueó el ingreso tanto de reporteros como de comunicadores cercanos al equipo entrante, consolidando un control informativo que impidió conocer versiones oficiales y limitó el derecho ciudadano a estar informado.
El primer encuentro formal concentró a dos bloques políticos con antecedentes cuestionados. De un lado, la administración saliente, señalada por diversos sectores por irregularidades administrativas durante el periodo conocido como “Renacimiento”; del otro, el grupo que asumirá el gobierno municipal encabezado por Manuel Alonso, identificado públicamente por su cercanía con intereses inmobiliarios en la región.
El arranque del proceso careció de actas públicas, calendario de trabajo y datos sobre la situación financiera, operativa y administrativa del Ayuntamiento.
Esta omisión profundizó las críticas sobre un relevo gubernamental diseñado para operar sin vigilancia social ni mecanismos claros de rendición de cuentas.
De esta manera, la transición municipal en Córdoba avanza entre negociaciones cerradas y acuerdos fuera del espacio público, mientras los asuntos que impactan directamente a la ciudadanía continúan excluidos del escrutinio y la supervisión ciudadana.


