Autoridades investigan; no hay detenidos
Iba con su hermana a una tienda cercana cuando un sujeto, presuntamente oculto entre arbustos, accionó un arma de fuego.
Las Choapas, Ver.— La Nochebuena estuvo a punto de terminar en tragedia para una familia de la colonia Anáhuac, luego de que un menor de 16 años resultara herido por un disparo de arma de fuego mientras caminaba por la vía pública.
Jesús Alberto V. C. transitaba alrededor de la 01:00 de la madrugada por la calle Segunda de Joaquín Amaro, acompañado de su hermana —también menor de edad—, cuando se dirigían a una tienda cercana que permanecía abierta pese a los festejos decembrinos. Nunca imaginaron que el recorrido acabaría marcado por el miedo, la sangre y una bala.
De manera repentina, un disparo lo alcanzó y lo derribó sobre el pavimento. Desorientado y con dolor intenso, solo logró decir que no sentía la pierna izquierda. Su hermana, presa del pánico, corrió a auxiliarlo.
Ambos señalaron que el disparo habría salido desde unos arbustos, a más de 100 metros de distancia. Indicaron haber visto a un hombre, quien presuntamente accionó el arma y luego huyó hacia una vivienda cercana. Hasta el momento se desconoce si el disparo fue realizado “al aire” como parte de una celebración o con otra intención. Lo cierto es que la bala impactó de forma directa.
Como pudieron, los hermanos se trasladaron hasta la calle Chimalpopoca, a una cuadra del sitio, donde avisaron a sus padres. Elementos de la Policía Municipal y de la Policía Estatal acudieron al lugar, pero no se reportaron personas detenidas.
La familia del menor intentó regresar al sitio del ataque en busca de explicaciones; sin embargo, fue retirada por los oficiales al percatarse de que la tensión podía escalar en una confrontación directa.
Jesús Alberto presentó una herida de bala con orificio de entrada y salida en el muslo izquierdo. El proyectil atravesó la pierna, dejándolo lesionado pero con vida. La celebración navideña terminó en un hospital, entre el miedo, la rabia y la incertidumbre. El responsable, hasta ahora, sigue prófugo.
Balas no festivas
El uso irresponsable de armas de fuego durante los festejos de fin de año se ha normalizado peligrosamente. Disparar al aire “para celebrar” no es una tradición: es una conducta criminal que transforma balas en proyectiles sin control, capaces de caer en cualquier punto y atravesar cuerpos inocentes.
Cada cierre de año deja heridos, familias destrozadas y muertes que pudieron evitarse con un mínimo de conciencia. No se trata de accidentes, sino de negligencia y desprecio por la vida ajena. Quien acciona un arma en una colonia, en una calle o en un patio, sabe —o debería saber— que ese disparo no se evapora.
La bala siempre cae. Y cuando cae, lo hace sobre techos, vehículos… o personas. Mientras no existan consecuencias reales para quienes convierten las armas en juguetes de fiesta, las celebraciones seguirán cobrando víctimas inocentes.


