La selección mexicana femenil de flag football hizo historia en los Juegos Mundiales de Chengdu 2025 al coronarse bicampeona mundial, consolidando a México como una auténtica potencia en este deporte que, en pocos años, dará el salto a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
En entrevista con Peloteando, las jugadoras Mónica Rangel, Zara Galán y Tania Rincón compartieron la intensidad de la preparación, los retos que enfrentaron y la emoción de cumplir un sueño que parecía lejano.
Ocho meses de disciplina y presión como privilegio
La preparación comenzó en enero y se extendió por ocho meses de entrenamientos, competencia interna y disciplina absoluta. Galán destacó que el talento dentro del equipo hizo que cada lugar se peleara al máximo, lo que elevó el nivel de todas.
Para Rincón, la presión era inevitable, pero la asumieron como un motor extra: “La presión es un privilegio. No cualquiera tiene la oportunidad de vivirla, y nosotras decidimos disfrutarla”.
El camino hacia la gloria
El proceso de selección fue exigente: ligas federadas, torneos nacionales y múltiples filtros que pusieron a prueba la constancia de las atletas. Una vez en el torneo, México enfrentó a los ocho mejores equipos del mundo, con rivales como Estados Unidos y la sorpresiva China.
La resiliencia y la unión del equipo fueron clave. “Si cometíamos un error, decíamos next play y seguíamos adelante. Ese espíritu de apoyo constante fue lo que nos dio la victoria”, recordó Galán.
El triunfo ante Estados Unidos, una de las potencias más fuertes, fue especialmente simbólico, mientras que el crecimiento de China demostró que el flag football avanza a pasos agigantados en todo el mundo.
Rumbo a Los Ángeles 2028
Tras este histórico bicampeonato, la selección mexicana ya tiene en la mira sus próximos retos: el Intercontinental en Panamá, la preselección para el Mundial 2026 en Alemania, y, a largo plazo, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Mónica Rangel lo resume como un sueño hecho realidad: “Cuando era niña nunca imaginé que el flag football sería olímpico. Hoy es una realidad, y México es potencia. El camino es duro, pero sabemos que podemos dejar huella en la historia del deporte”.
Con este bicampeonato, México no solo reafirma su supremacía en el flag football, sino que también inspira a nuevas generaciones a perseguir sus sueños en una disciplina que ahora apunta directamente al escenario olímpico.
