Comapa, Ver. — La presidenta municipal electa, Nora Jessica Lagunes Jáuregui, ha decidido marcar el inició de su próxima gestión con un espectáculo digno de la arrogancia política: un ciervo cola blanca amarrado en su patio, tratado como mascota de exhibición. Un lujo innecesario, ilegal y ofensivo para una comunidad que sobrevive entre carencias.
Un animal silvestre, cuya existencia debería desarrollarse en libertad, fue reducido a adorno de jardín, como si se tratara de un símbolo de estatus. La imagen ha circulado ampliamente en redes sociales y ha generado indignación: no sólo por el maltrato evidente, sino porque retrata a la perfección a una clase política desconectada de la realidad y obsesionada con la apariencia.
De acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, tener en posesión un animal como éste sin la debida autorización es un delito. Para ello se requiere un registro ante SEMARNAT y una UMA certificada, no basta con tener dinero o influencias. Hasta ahora, ni la presidenta electa ni alguna autoridad han aclarado si existe dicho permiso.
Hay que recordar que Nora Lagunes, exdiputada local por el PAN, ha sido señalada en múltiples ocasiones por su vida ostentosa. Esta imagen no es un caso aislado: es coherente con su historial de lujo, indiferencia social y uso del poder para fines personales.
