En un sábado que quedará marcado por la polarización, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encabezó el tan anhelado desfile militar en Washington con motivo del 250 aniversario del Ejército estadounidense, un evento cargado de simbolismo, gastos millonarios, ovaciones patrióticas… y profundas divisiones.
Acompañado por su esposa Melania, el mandatario fue recibido con cánticos de “¡USA! ¡USA!” y una salva de 21 cañonazos, mientras bandas militares entonaban el himno nacional. La jornada coincidió no solo con el Día de la Bandera, sino también con el 79º cumpleaños de Trump, quien incluso recibió una llamada de felicitación de su homólogo ruso, Vladimir Putin.
El desfile, que costaría hasta 45 millones de dólares, según fuentes del ejército, contó con la participación de cerca de 7 mil militares, 150 vehículos de combate, y un espectáculo aéreo con medio centenar de aeronaves sobrevolando el Lincoln Memorial. Es el primero de este tipo en EE.UU. desde la Guerra del Golfo en 1991.
Pero mientras los simpatizantes ondeaban banderas y portaban gorras con el lema MAGA, miles de personas se movilizaban en más de 2 mil protestas en todo el país bajo el lema “No King”, rechazando lo que consideran una deriva autoritaria del presidente. Las manifestaciones abarcaron desde Los Ángeles hasta Nueva York, pasando por Houston y Chicago, con mensajes de repudio hacia las redadas migratorias, la militarización de la democracia y la “agenda del multimillonario primero”.
“Estoy aquí porque apoyo al presidente y a nuestras fuerzas armadas”, dijo Oscar Williamson, un joven de 17 años en Nueva York.
“Trump se está comportando como un temerario”, expresó Matthew, profesor en Houston.
Tragedia en medio del desfile
La jornada festiva también se tiñó de sangre. En Minnesota, un hombre armado asesinó a la congresista estatal Melissa Hortman y a su esposo, y dejó heridos al senador demócrata John Hoffman y su esposa, en un ataque que el gobernador Tim Walz calificó como “violencia política selectiva”.
El agresor, Vance Luther Boulder, de 57 años, sigue prófugo y es buscado intensamente por la policía. Las autoridades federales temen una escalada de la violencia política en el país, especialmente desde que Trump iniciara su segundo mandato tras sobrevivir a un intento de asesinato en 2024.
“No resolvemos nuestras diferencias con violencia ni a punta de pistola”, subrayó el gobernador Walz.
Clima tenso y vuelos cancelados
Las condiciones climáticas también hicieron lo suyo. Algunos vuelos del desfile tuvieron que ser cancelados, según el Servicio Secreto. Aun así, decenas de simpatizantes se congregaron entre las calles 15 y 17 de la capital para ver pasar tanques, tropas, bandas musicales y paracaidistas que entregaron una bandera al comandante en jefe.
Este evento, planeado por Trump desde 2017 tras asistir a un desfile en París, se convierte hoy en un fiel reflejo del país: orgulloso de su historia militar, pero profundamente dividido en lo político y social.
