Adriana Estrada
El Buen Tono
REGIÓN.- Los veintinueve municipios que conforman la región de las Altas Montañas se preparan para recibir una inyección millonaria de recursos públicos para el Ejercicio Fiscal 2026, según el proyecto de presupuesto estatal recientemente publicado. Esta asignación, que supera los 5 mil 500 millones de pesos en su conjunto, representa tanto una oportunidad histórica para el desarrollo como una carga de responsabilidad de igual magnitud para los ediles que asumirán el próximo año, quienes tendrán el deber inexcusable de administrar estos fondos a favor de los ciudadanos.
La radiografía presupuestal, sin embargo, no pinta un paisaje homogéneo, sino uno de contrastes profundos que reflejan y, a la vez, amenazan con ahondar las desigualdades regionales. En la cúspide, Córdoba y Orizaba se erigen como los grandes receptores, con $792 y $694.8 millones, respectivamente, sumando entre ambos cerca del 27 por ciento del total regional.
Les siguen en volumen, Ixtaczoquitlán con 430 millones, Zongolica con 292 millones de pesos, Tezonapa con 280 millones, configurando un mapa donde el poder económico se concentra en las cabeceras urbanas y algunos municipios con extenso territorio.
En el extremo opuesto, municipios como Coetzala se le asignaron 27.3 millones, Aquila 28.9 millones, Tlilapan 30 millones, lo que evidencian una brecha presupuestal que supera, en el caso más extremo, la relación de 1 a 28 con el municipio mejor dotado. El desembolso de estos recursos coincide con el inicio de administraciones municipales renovadas, sin embargo, algunos carecen de experiencia en la administración de partidas de tal envergadura y operarán bajo la sombra de una ciudadanía más exigente y vigilante.
La expectativa ciudadana se centra en rubros específicos donde la deuda histórica es palpable. En las zonas urbanas, la presión está sobre la movilidad, el agua potable, la seguridad y el manejo de residuos. En los municipios rurales e indígenas, la demanda se vuelca hacia la conectividad vial, el acceso a servicios de salud de calidad, el impulso al campo y la electrificación en comunidades alejadas.
Municipios con asignaciones significativas, pero con graves carencias, como Zongolica o Los Reyes, tendrán el reflector encima para demostrar que los recursos llegan a las comunidades más necesitadas y no se diluyen en la estructura burocrática.
Ante este escenario, ciudadanos han hecho el llamado para constituir comités de vigilancia presupuestal. La exigencia es que, desde el día uno, los ayuntamientos publiquen sus proyectos de obra, sus calendarios de ejecución y sus estados financieros.


