

De la Redacción
El Buen Tono
Veracruz.- A pesar de los discursos triunfalistas emitidos por la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, los resultados preliminares de la jornada electoral de este domingo demostraron que el partido guinda no arrasó ni obtuvo el control absoluto de los 212 municipios veracruzanos, como prometía hace apenas unos días. Alcalde Luján aseguró que Morena ganaría en todos los municipios, que el voto estaba “bien defendido” y que el proyecto político del partido contaba con la confianza del pueblo. Sin embargo, la realidad en las urnas fue otra.
Municipios como Orizaba, Fortín, Ixhuatlán del Café, Huatusco, Chocamán, Comapa, Totutla, Paso del Macho y Calcahualco no sólo no fueron ganados por Morena, sino que representan reveses importantes para el partido, que vio crecer la presencia de Movimiento Ciudadano, el Partido del Trabajo y un PAN que parecía en coma y ahora revive con fuerza.
El discurso de “defensa del voto” contrastó con una operación política desarticulada, marcada por el desprestigio social, el desgaste de figuras como Manuel Huerta y Esteban Ramírez Zepeta, y una lista de candidaturas impulsadas por cuotas, compadrazgos y arreglos de cúpula.
Morena perdió en las urnas por las mismas razones por las que hoy enfrenta una ola de rechazo: impusieron a candidatos reciclados, sin arraigo, malqueridos por las bases, y en casos como Córdoba mantuvieron sólo por la imposición de un candidato con señalamientos por vínculos con el crimen organizado. El “arrase” no fue tal: fue un descalabro disfrazado de victoria parcial.
El resultado de esta jornada no es sólo una advertencia electoral. Es la consecuencia de una militancia traicionada, una estructura fracturada y una dirigencia que no quiso escuchar. Luisa María Alcalde hablaba de “conquistar los 212 municipios” como si se tratara de una consigna automática, pero el pueblo veracruzano decidió de otra forma.
