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Las Choapas, Ver.— En menos de un año, la vida de Manuel Alejandro M.A., un estudiante de apenas 19 años del CBTIS 113, se desmoronó trágicamente al caer en el mundo de las drogas, situación que lo llevó a perder la vida dentro del anexo “Nuevo Amanecer”, donde, según testigos, gritaba que se sentía el mismísimo diablo.
Manuel creció en la colonia El Arbolito de Las Choapas. Era alumno del sexto semestre y, como muchos jóvenes, tenía aspiraciones. Sin embargo, su destino cambió de forma radical cuando, según personas cercanas a la familia, fue su propio padre, el jornalero Roberto M.S., quien lo introdujo a la drogadicción ofreciéndole su primer carrujo de marihuana.
La situación se agravó hace apenas una semana, cuando Manuel consumió una sustancia más fuerte con su padre. Alterado por los efectos, irrumpió en la casa de una vecina en la calle 5 de Septiembre, lo que derivó en su detención por presunto allanamiento de morada e intento de violación.
Durante la audiencia en el juzgado, el joven se encontraba totalmente fuera de control: agresivo, se mordía los brazos, se golpeaba la cabeza contra los barrotes y mostraba signos evidentes de una severa crisis mental. Al obtener su libertad, sus propios hermanos decidieron internarlo en el centro de rehabilitación “Nuevo Amanecer”, pagando los 2,500 pesos de ingreso y los 400 semanales por su estancia.
Ahí fue ingresado al Dormitorio Hombres 2, ya con lesiones autoinfligidas. El encargado del lugar, Juan “N”, confirmó que el joven se encontraba en un estado de agresividad extrema. El viernes por la noche, Manuel golpeó a otro interno y se mostraba cada vez más fuera de sí: afirmaba ser el diablo, hablaba de sangre, mordía sus propios dedos y brazos. El personal del anexo intentó contenerlo vendándole el cuerpo, pero el joven seguía en un estado de crisis: llegó a arrancarse un diente al morder las protecciones de las ventanas.
Durante el fin de semana, el terror se apoderó del centro. Para el lunes por la noche, tras un comportamiento errático y confuso, Manuel quedó inmóvil. Fue trasladado al patio, donde el médico del lugar confirmó que ya no contaba con signos vitales.
