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Muñoz Ledo denuncia operación de Ebrard en Morena. Ya ofreció gubernaturas hasta al PAN, dice

Superiberia

CDMX.– Fortalecido y animado tras la primera encuesta del Instituto Nacional Electoral (INE) en la que superó al supuesto favorito, Mario Delgado, rumbo a la dirigencia nacional de Morena, el Diputado Porfirio Muñoz Ledo lanza a bocajarro, muy a su estilo: “Yo estoy cambiando señales: no somos el partido del Presidente, somos el partido en el poder. Soy ‘obradorista crítico’, me llaman, porque creo que la crítica conviene dentro de Morena”.

“Cuando ganemos el partido –sentencia optimista– la primera decisión es auditar al partido, auditar la Cámara de Diputados, iniciar procesos rápidos de reforma constitucional” y, según anuncia, hacer los cambios pertinentes para desaparecer al “totalmente corrupto” Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) e ir en busca de una nueva Constitución. Piensa en un partido que, ceñido a sus principios, “no tenga un pensamiento único”, que sea un partido de la diversidad, un partido de los migrantes, un partido crítico, “porque eso es fundamental para mí, un partido que discuta y sea deliberativo”. Pero también piensa en un partido moderno y digital que involucre a los jóvenes a partir de la creación de un Instituto de Formación Política y Ciudadana con el deber de “crear soberanía”, que tiene que ver con prácticas y debates públicos.

Casi con la mano en la cintura, el hombre que a lo largo de sus 87 años ha dirigido nacionalmente otros partidos, como el PRI (1975-76) y el PRD (1993-96), se muestra confiado en la elección interna y, en entrevista telefónica desde la Ciudad de México, aclara que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no ha metido las manos en el proceso interno, del mismo modo en que, dice, tampoco influyó en el resultado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación donde, con seis votos a favor y cinco en contra, se aprobó la solicitud de consulta para enjuiciar a los expresidentes y cuya votación se llevará a cabo en agosto de 2021. En el caso de su sorpresiva participación en el proceso interno de Morena, afirma que “Andrés no se ha metido en esto para nada. Yo no he tenido un telefonazo con él; yo estoy actuando por mi cuenta. Hay que salvaguardar al partido. No puede haber un caciquismo”.

Polémico y apasionado, Porfirio Muñoz Ledo sabe que no dejó indiferente la escena política nacional, mucho menos a los miembros de Morena, el partido que pretende “dirigir críticamente”, luego de que en la primera encuesta realizada por el INE superara sobradamente con el 41.7 por ciento de las preferencias internas a Mario Delgado, quien porcentualmente obtuvo apenas el 27.1 de los votos. La segunda encuesta, con cinco finalistas, inició el pasado 2 de octubre y terminará antes de concluir esta semana.

Desde su adhesión crítica a la Cuatroté, en general, y al Poder Legislativo, en particular, desde hace dos años Muñoz Ledo no ha dejado de ser foco de atención mediática, pasando por los severos cuestionamientos al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, debido a sus presuntas conspiraciones migratorias en favor de Trump, que incluso involucran a Honduras como “enclave de Estados Unidos” en la región, y a su esposa Rosalinda Bueso –“bella y recta persona”–, pero a quien posiblemente se le ofrezca ser candidata a la Presidencia de ese país. “Va a ser toda una operación Honduras-Estados Unidos, que tiene como gran conducto en los dos lados a Marcelo Ebrard. No es una incidencia, no es una especulación”, puntualiza y critica también a Gobernación, en manos de la exministra Olga Sánchez Cordero: “Es totalmente tramposo lo que están haciendo, es bárbaro y cruel lo que está haciendo Gobernación en el sur del país, aunque van a dejar pasar la caravana porque esto lo ordena Donald Trump”.

Acusa a Ebrard por su adelantada y “peligrosa” ambición en el tema de la sucesión presidencial. “Con Marcelo he tenido diferencias fuertes en el tema migratorio. Ahora se va a prestar, te lo aseguro, a la caravana de migrantes que está organizada por Trump, para que llegue días antes de las elecciones y le pueda decir al pueblo norteamericano que están a punto de invadirlo. Dentro del partido lo que estoy proponiendo es que no haya un asunción anticipada. Mario (Delgado, su oponente interno) está actuando mal, pero está actuando por consigna. Si tuviera alguna autoridad política o moral con Marcelo lo podría disuadir, pero no la tiene, porque él es un enclave”, dice.

Denuncia que incluso Mario Delgado y el grupo de Ebrard “ya tienen ofrecidos gobernadores en cada estado en que habrá elecciones, incluidos algunos del PAN”, y Chihuahua, según comenta, no escapa a esa ecuación. “A lo mejor es una jugada, cierto, pero la sucesión anticipada sólo tendría, o puede tener, el acortamiento del periodo presidencial de AMLO. No puede haber un caciquismo. A Marcelo le mandé un mensaje en broma: le dije, ‘oye, quítale un problema al Presidente, compra el avión presidencial y luego vete a volar’”.

Durante la semana pasada el icónico líder de la ruptura priista en 1988 al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez entre muchos otros, y luego pieza clave en la construcción del antiguo PRD, lanzó duros mensajes al Gobernador de Chihuahua y esta vez no fue la excepción: “Mira, Javier, en vez de estar jugando por el agua, estás jugando con fuego. El agua es un problema federal, no local. Hay disposiciones legales que concilian los intereses de los municipios, las alcaldías, los gobernadores con el Gobierno federal. El agua, para que lo sepas, es un tema federal. Lo que tu pretendes es otra cosa muy peligrosa: romper el Pacto Federal”.

Explica que México, constitucional y legalmente, tiene un “federalismo cooperativo”. Es decir, son dos soberanías: la soberanía nacional y la soberanía local y que esa armonía se refleja en casi todos los países federales del mundo. Ejemplifica el caso de Estados Unidos donde los republicanos dicen que los impuestos los deben cobrar los estados y los demócratas piensan que deben fortalecerse los impuestos nacionales, “porque en ese país hay bastante independencia de los estados y los programas nacionales no tienen color, no tienen partido, y son perdurables”, acota. En cambio, reconoce que “en México hay una distribución muy inequitativa de los ingresos a través de las llamadas ‘participaciones’, y es evidente que eso debe cambiar”. Y esboza una pregunta al aire: “¿Qué pasaría si el Gobernador de Texas se declarara en rebeldía contra el Presidente de los Estados Unidos?”.

Admite que en el terreno de la distribución fiscal México es inequitativo e injusto (80 por ciento para la federación, 17 por ciento para los estados, y 3 por ciento para los municipios) pero que el camino absurdo, descabellado, es ser un estado levantisco. Eso va a perjudicar a los ciudadanos. Si a Corral la distribución no le gusta, que promueva una Convención Nacional Fiscal. Pero para revertirlo, opina, hay métodos correctos. “El país necesita fortalecer su institucionalidad, no romperla. El Pacto Federal debe conservarse. Es muy peligroso para el país que haya una ruptura del Pacto Federal. Él (Corral) anda cabildeando con otros gobernadores para que sean gobernadores levantiscos. Es un error que sólo va a perjudicar a Chihuahua”.

“Javier Corral pasó de ser un militante avanzado del PAN a ser un líder de la sociedad civil, luego a Gobernador y luego a chivo en cristalería. De un militante sobrio se convirtió en un aventurero de la política”. A veces lacónico, sintetiza sobre Corral Jurado: “La ambición le rompió el calzón. Javier quiere ser Presidente de México por la derecha, y en realidad está compitiendo en contra de Ricardo Anaya”. Documentado sobre el tema pero con reservas, Muñoz Ledo revela que “en este momento lo que quiere Javier Corral es enfrentarse con Anaya para gobernar la derecha extrema del país. En el PAN tiene apoyos reducidos, él lo sabe, pero el PAN tiene otro candidato”.

A la luz de lo anterior, Porfirio Muñoz Ledo resume que en México hoy “tenemos dos peligros: el de la fragmentación de la federación y el del adelantamiento de la candidatura presidencial. “Yo voy a trabajar con todas mis fuerzas por ciertos principios fundamentales: cuarta transformación deveras no de palabra; incorruptible, que pregona la honestidad, honestidad valiente como pregonaba López Obrador. Porque si no somos incorruptibles y nos están derrotando con dinero, pues entonces…”.

—Pasada la elección, ¿no sobrevendrán rupturas?

—No. Bueno, si gano yo, Mario se regresa a la Cámara (de Diputados). Es más peligroso (Ricardo) Monreal que es parte de esa coalición. Al Presidente le corresponde, no a mí, y ya no voy a tocar a Marcelo si no dice barbaridades, poner en orden al Secretario de Relaciones Exteriores.

Finaliza con voz contundente: “La militancia debe entender que no estamos defendiendo sólo a López Obrador, estamos defendiendo un proceso histórico, y si no ganamos con cierta continuidad las elecciones, no va a poder hacerse la Cuarta Transformación. Este peligro es un peligro real, que se interrumpa el nuevo curso del desarrollo que estamos promoviendo”.

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