

AGENCIA
Nacional.- Francisco Arturo Ávila Anaya, actual diputado federal plurinominal por Morena y empresario ligado a la industria de seguridad, ha expandido su imperio más allá de las fronteras mexicanas. En El Salvador, bajo el gobierno de Nayib Bukele, concretó millonarios negocios a través de la venta de vehículos militares que hoy son usados en operativos contra las llamadas “pandillas”. Documentos oficiales, videos promocionales y registros mercantiles consultados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revelan el alcance y profundidad de esta red empresarial y política.
Del blindaje nacional
al negocio internacional
A través de su empresa IBN Industrias de Inteligencia Artificial y Alta Tecnología Balística S.A. de C.V., antes conocida como IBN Industrias Militares, Ávila Anaya ha amasado una fortuna en contratos con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), incluso desde el sexenio de Enrique Peña Nieto. Aunque como vocero de Morena ha criticado al llamado PRIAN, su empresa fue beneficiaria de contratos millonarios durante dicho periodo.
Pero sus intereses no se detuvieron en México. En octubre de 2021, el gobierno de Bukele, a través del Ministerio de Defensa Nacional de El Salvador, firmó un contrato por 2.6 millones de dólares con la firma IBN Military Industries Inc, establecida en San Diego, Estados Unidos. En el acta constitutiva de esta filial aparece como secretaria Clayna Scarlett Aiza Verboonen, esposa del legislador mexicano.
¿Qué vendieron? “Yagu”, tecnología militar mexicana
El acuerdo incluyó la adquisición de 10 vehículos militares tipo “Yagu”, equipados con visión nocturna, cámaras internas y drones para acompañar misiones tácticas. En videos promocionales se destaca su uso en operativos de seguridad y persecución de objetivos. En uno de los clips difundido por el canal “La Resistencia” -propiedad de la familia Ávila- se enaltece la estrategia de Bukele para “combatir pandillas”, mientras se promueve la efectividad del Yagu.
El propio ministro de Defensa salvadoreño, René Francis Merino Monroy, aparece explicando las ventajas de estos vehículos, usados actualmente por el ejército de ese país.
De San Salvador a Rancho Santa Fe
En paralelo a sus operaciones comerciales en Centroamérica, Ávila Anaya adquirió en 2024 una residencia valuada en 4.8 millones de dólares en Rancho Santa Fe, una de las zonas más exclusivas de California. El crecimiento de su fortuna ha llamado la atención debido a su cercanía con figuras clave de los gobiernos de Peña Nieto, López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum.
Desde julio de 2019, Ávila fundó también la empresa IBN Industrias Militares S.A. de C.V. en El Salvador, en la cual él mismo aparece como representante legal. La dirección registrada es una vivienda modesta en la colonia Libertad de San Salvador. En 2022, cambió su nombre a IBN Inteligencia Artificial S.A. de C.V.

Propaganda premiada para Bukele
Los negocios de Ávila en El Salvador no se limitaron a la venta de armamento. Su faceta como publicista le valió en 2022 un premio Reed Latino, por la producción del mejor spot gubernamental para ese país. El galardón fue otorgado al trabajo que realizó junto a Alejandra Peña y Kevin Álvarez.
En ese spot, difundido por el canal oficial del gobierno de Bukele, se muestra una persecución militar con los vehículos “Yagu”, cerrando el círculo entre producto, propaganda y política.
De Peña a AMLO, y ahora Sheinbaum
Antes de obtener su curul en la Cámara de Diputados como plurinominal, Ávila compitió sin éxito por la alcaldía de Aguascalientes en 2019 y 2021. En octubre de 2022 fue nombrado director general de Enlace y Seguimiento en la Secretaría de Gobernación, bajo la gestión de Adán Augusto López Hernández, quien lo llamó su “hermano” en un mitin político en 2023.
Aunque su apuesta política fue inicialmente con Adán Augusto, tras la derrota del tabasqueño, se integró al equipo de campaña de Claudia Sheinbaum y fue nombrado vocero de Morena en el Congreso.
Los vínculos con la élite castrense
Ávila cultivó una estrecha relación con dos secretarios de la Defensa Nacional: Salvador Cienfuegos y Luis Cresencio Sandoval. Durante el sexenio de Peña Nieto, su libro Ejército y Fuerza Aérea Mexicana. Otra Visión fue prologado y presentado por Cienfuegos en instalaciones de la Sedena.
Aunque en 2019 anunció su retiro temporal como presidente de IBN para dedicarse a la política, dejó al frente a un general en retiro: Alberto Gaytán Palos, quien además fue su suplente en la campaña por la alcaldía de Aguascalientes y después fue designado funcionario de la Segob en abril de 2023.
Pese a su supuesto alejamiento de la empresa, documentos de Guacamaya Leaks revelan que solicitó reuniones con el general Sandoval en 2019 y 2020 en calidad de presidente de IBN, contradiciendo su versión pública.

El disfraz de medio: “La Resistencia”
En junio de 2023, cinco meses antes de arrancar las precampañas, Ávila y su familia constituyeron Somos la Resistencia en Medios S.A. de C.V., dedicada formalmente a la publicidad. En enero de 2024 registró la marca “La Resistencia” ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), utilizándola en redes sociales, YouTube y un sitio web que promueve contenido favorable a gobiernos de Morena, especialmente en Michoacán y Aguascalientes.
Aunque se presenta como medio de comunicación, sus contenidos tienen una alta carga propagandística y coinciden con las campañas políticas en las que Ávila participó.
El caso de Arturo Ávila es un claro ejemplo de cómo se entrelazan los negocios, la política y el poder militar en México y América Latina. Desde contratos con la Sedena, relaciones con altos mandos castrenses y premios de publicidad gubernamental, hasta ventas de armamento a regímenes cuestionados por violaciones a derechos humanos, el diputado morenista ha tejido una red de poder transnacional que desafía los límites entre lo público y lo privado.
Mientras en México se promueve como vocero del cambio y la transformación, en El Salvador ha hecho negocios con un gobierno que concentra el poder y reprime a sus opositores. Todo ello sin dejar de lado la propaganda, que también ha convertido en un negocio rentable.
Arturo Ávila dirigió IBN industrias de Inteligencia Artificial y Alta Tecnología Balística SA DE CV a través de la cual obtuvo contratos millonarios con la Sedena para blindaje o reparación de vehículos.

Antes de ser diputado de Morena, Arturo Ávila mantuvo relaciones cercanas con altos funcionarios de al menos tres gobiernos federales: El de Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y ahora en el de Claudia Sheinbaum.
La cuestión aquí es que este personaje ha sido metido con calzador a la vida política, ha apoyado a tres diferentes gobiernos, ha sido candidato en tres ocasiones y cuando no les quedó de otra, lo metieron de plurinominal, algo raro, huele a favoritismo o amiguismo.

