Puerto Vallarta, Jalisco. El polémico creador de contenido para adultos Alex Marín se encuentra en el centro de una tormenta mediática tras ser detenido el día de ayer por las autoridades de Jalisco, acusado de abuso sexual y trata de personas en agravio de una menor de 16 años.
Según la Fiscalía del Estado, Marín contactó a la víctima por internet, para luego convencerla de mantener encuentros íntimos con él y otras personas. El también productor y actor de películas eróticas fue puesto a disposición de las autoridades correspondientes, mientras avanzan las investigaciones en su contra.
🚨 Exesposa rompe el silencio y lo acusa de robo y maltrato
En medio del escándalo, las declaraciones de su exesposa, Mía Cortés (anteriormente conocida como Mía Marín), han causado conmoción en redes sociales. En una reciente entrevista con el canal de YouTube “Madness”, la actriz no solo confirmó el distanciamiento con Marín, sino que también lo acusó de fraude, maltrato físico y emocional, y de manipular la imagen del “poliamor” para lucrar.
“A todas nos robó. A Yamileth le robó más de un millón, a Giselle más de dos millones… y de mí ni se diga”, reveló Mía con contundencia.
Cortés asegura que nunca recibió dinero del trabajo que hizo junto a Marín, a pesar del gran éxito que obtuvieron como grupo poliamoroso. Además, desmintió la narrativa romántica que el productor impulsaba públicamente:
“Decía que era poliamor, pero solo era para atraer público. En casa vivíamos gritos, maltrato físico y mental”.
⚠️ Audios con amenazas y una posible condena severa
La exesposa también presentó audios con amenazas directas de parte de Marín, en los que se escucha su tono violento tras la separación. “¿Quieres que vaya a Monterrey y te haga un desmadre?”, dice el productor en uno de los fragmentos difundidos.
De comprobarse los cargos, Alex Marín podría enfrentar hasta 30 años de prisión o más, debido a que la víctima es menor de edad.
🌐 Reacciones en redes y el fin de un imperio controversial
Las redes sociales han explotado con reacciones. Para muchos, la detención de Marín era “solo cuestión de tiempo”, pues su figura siempre ha estado rodeada de controversias por su estilo de vida y el manejo de su contenido.
Este caso ha encendido un debate sobre la ética, los límites en la industria del entretenimiento para adultos y el peligro de normalizar conductas abusivas bajo discursos como el “poliamor”.
