SANTOS LÓPEZ
EL BUEN TONO
Córdoba.– A partir del jueves 1 de enero, a las 00:00 horas, entrará en funciones el nuevo cabildo municipal encabezado por Manuel Alonso Cerezo. La administración arranca con un costo anual de 26 millones 442 mil 484 pesos únicamente en salarios de regidores, ya que cada edil recibirá 102 mil 927.33 pesos mensuales, mientras la ciudad enfrenta deficiencias en servicios públicos, infraestructura deteriorada y colonias en abandono.
Antes de asumir el cargo, Manuel Alonso Cerezo ha sido señalado públicamente como operador del llamado cártel inmobiliario y como facturero del crimen organizado. Las acusaciones lo vinculan con una red de empresas, operaciones financieras opacas y el uso del poder político para favorecer intereses privados, un contexto que marca el inicio de su gobierno y la conformación de un cabildo que le garantiza control interno y ausencia de contrapesos.
Entre los perfiles más cuestionados se encuentra Jorge Maximiliano Huerta, designado en la Regiduría Segunda. Dentro de Morena es señalado por abuso laboral, despidos sin liquidación, manejo irregular de nóminas y un accidente vial ocurrido en estado inconveniente, además de acusaciones por violencia familiar que no avanzaron en el ámbito judicial.
La Regiduría Tercera será ocupada por Itzel López González, cuya designación ha sido señalada como un caso de nepotismo político. Sin trayectoria pública relevante, su llegada se atribuye a acuerdos familiares y políticos relacionados con su hermana, Vania López González, exsíndica por el Partido Verde, quien también regresa al cabildo tras un desempeño sin resultados visibles. Esta reincorporación ha sido interpretada como una negociación directa con el nuevo alcalde para mantenerlas dentro de la nómina municipal.
Desde la llamada oposición tampoco se observa un contrapeso efectivo. Por Movimiento Ciudadano, Nayib Sacre es identificada como resultado del control político familiar del doctor Emilio Sacre en Córdoba, con antecedentes como aviadora en administraciones pasadas y participación en procesos de saneamiento de cuentas públicas. A ella se suma Jackie Rodríguez, vinculada a redes políticas que aseguran continuidad en cargos públicos más que una postura crítica frente al gobierno municipal.
El cabildo se completa con perfiles considerados de relleno político, como María Ángela Ordinola Camarillo, relacionada con intereses de Juan Tress Zilli; Claudia Olga de la Huerta Manjarrez, señalada por su constante cambio de partidos; y José Javier Medina Rahme, exsíndico panista que regresa al órgano edilicio. Junto con la síndica Irena Sedas y su suplente Andrea Aceval, el conjunto de regidores conforma un bloque que, de acuerdo con críticas internas y ciudadanas, ya pactó respaldo automático al alcalde, permitiéndole gobernar sin resistencia política desde el inicio de su administración. El mensaje con el que arranca el nuevo gobierno municipal es contundente: un cabildo oneroso, alineado y diseñado para operar sin cuestionamientos, cuya factura anual superior a los 26 millones de pesos comenzará a pagarse por los cordobeses desde el primer minuto del 1 de enero.


