

Sandra González
El Buen Tono
Orizaba, Ver.- Mientras la maquinaria pesada avanza con la construcción del puente del Molino, una población olvidada sufre en silencio. Cerca de 100 gatos ferales viven hoy bajo amenaza en la ribera del río Orizaba, donde su hábitat está siendo violentamente alterado. Aunque aún permanecen en el lugar, existe el temor de que se atente contra su vida.
El colectivo Gatitos del Paseo del Río denunció en días pasados el creciente abandono de gatos en la zona, donde actualmente sobrevive una colonia que se ha multiplicado en condiciones extremas. Según relataron, muchas de estas criaturas nacieron de gatos domésticos que fueron abandonados y, al volverse salvajes, han sido blanco del maltrato humano: pedradas, persecuciones e indiferencia. A ello se suma ahora el estrés que provocan las obras.
