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Orizaba presume ‘seguridad’; once días de omisión de las autoridades

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De la Redacción

El Buen Tono

Orizaba.- Han pasado 11 días desde que salió a la luz la corrupción que impera en la Policía Municipal bajo el mando de Mauricio Rafael Sosa García. Durante este periodo, Juan Manuel Diez Francos ha preferido hacerse de la vista gorda, mientras la inseguridad en el municipio continúa en aumento afirmando que “todo está en paz”.

Esas declaraciones parecen una burla para la población, los hechos contradicen su versión. Apenas en el marco del operativo “Verano Seguro 2025”, una comerciante fue víctima de un intento de asesinato en un asalto, un hombre fue ejecutado en el mirador de Barrio Nuevo y se reportaron varios intentos de robo en la zona, como el zoológico del Paseo del Río. La violencia no se detiene, aunque la autoridad se empeñe en negarla.

En entrevista, luego del evento conmemorativo al CCXIV del fallecimiento de Miguel Hidalgo, la estrategia del alcalde fue desviar la atención con declaraciones triunfalistas y una campaña de imagen dirigida a los turistas.

Según él, los visitantes están “encantados” con la ciudad y “la única queja es que llueve por las tardes”, omitiendo cualquier referencia a los hechos delictivos, cobros excesivos en servicios o descontento local. En Orizaba se paga por todo: por ir al baño, por estacionarse, por entrar a espacios públicos, e incluso por visitar el parque temático Casavegas, una atracción artificial que no refleja en absoluto las raíces ni la historia de un verdadero Pueblo Mágico.

El discurso oficial busca maquillar una ciudad que en la práctica resulta cara, insegura y contradictoria. Quienes llegan por primera vez a conocerla no sólo se llevan la impresión de ser un destino costoso, sino una experiencia cargada de tensión y vigilancia.

En el fondo, la seguridad es uno de los puntos más oscuros de la administración. El coordinador Mauricio Rafael Sosa García, fue señalado en repetidas ocasiones por encubrir actos de corrupción, mientras se mantiene en el cargo.

A su alrededor estuvieron operando personajes como Norma y Xóchitl, funcionarias denunciadas por abuso de poder y prácticas autoritarias que garantizan el control político y económico del municipio, y una de ellas lo denunció de manera interna, presentando pruebas de sus fechorías, sin embargo, sigue en su cargo, porque para la autoridad es incómodo nombrar a un quinto coordinador durante su administración. Lejos de asumir la problemática, Diez Francos centró sus declaraciones en hablar del buen desempeño financiero de su gestión: “Vamos arriba del ingreso que tuvimos el año pasado… eso habla muy bien de la aceptación de los turistas”, afirmó.  Sin embargo, la bonanza que presume no se traduce en seguridad ni en bienestar para los habSitantes.

Orizaba se vende como un destino de calidad, detrás del espectáculo están bajo presión, una policía señalada, una administración que calla ante el crimen y una población cada vez más harta de vivir entre discursos vacíos y realidades que sangran.

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