De la redacción
El Buen Tono
Lo que empezó como una salida familiar terminó en un rescate que generó indignación internacional. Una pareja lituana fue captada junto a su bebé de nueve meses mientras intentaba escalar el monte Rysy, la cumbre más alta de Polonia, ubicada en la cordillera de los Altos Tatras, en la frontera con Eslovaquia.
Durante el descenso, la familia enfrentó dificultades debido al terreno peligroso, por lo que un guía de montaña intervino para garantizar la seguridad del infante. Aunque el rescate evitó una tragedia, el incidente desató un intenso debate sobre la irresponsabilidad parental y la priorización de las redes sociales sobre la seguridad.
El video del rescate, difundido por medios europeos, generó miles de comentarios. Muchos usuarios expresaron preocupación y condena: “Seguro lo querían subir a Instagram”, comentó un internauta, reflejando el sentir general. Expertos y ciudadanos pidieron que las autoridades regulen la presencia de menores en actividades de alto riesgo, mientras guías de montaña recordaron que el sentido común debe primar sobre cualquier fotografía.
El monte Rysy es conocido por su belleza y desafío. Con 2,499 metros en el lado polaco y 2,501 en el eslovaco, ofrece vistas impresionantes de lagos glaciares como Morskie Oko y Czarny Staw. Según Teresa Stochel, guía profesional, la caminata puede durar entre 10 y 12 horas y exige tramos con cadenas metálicas tipo vía ferrata, haciendo la travesía inadecuada para niños o personas sin experiencia.
Especialistas en psicología señalan que este tipo de incidentes reflejan la presión social por aparentar una vida perfecta y la búsqueda de validación digital. “No todo debe compartirse ni vivirse para las redes. Un bebé no elige el riesgo ni la exposición mediática”, señaló una psicóloga polaca.
El rescate de la pareja lituana fue un milagro con final feliz, pero también sirve como advertencia: la adrenalina y la búsqueda de notoriedad no pueden anteponerse a la seguridad de los más vulnerables.


