De la redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Lo que se presentó como “nueva etapa” del Partido Acción Nacional en Córdoba terminó siendo la reedición de los mismos grupos que han hundido al albiazul. Isaac Luz López asumió la presidencia del Comité Directivo Municipal sin liderazgo real ni resultados, y desde ahora militantes advierten que su gestión está condenada a repetir el fracaso de Adrián Pérez Croda, quien llevó al PAN a dos derrotas consecutivas y lo relegó a tercera fuerza electoral.
Detrás de la figura de Isaac no hay renovación, sino el mismo control familiar: su madre Leticia López Landero, Olga Leticia Luz López, la exregidora Yadira Espíndola, José Medina Rhame y la cuestionada exdirigente Paola de Aquino Pardo. Son los mismos nombres y los mismos intereses que hundieron al partido en el descrédito. Entre las bases panistas el diagnóstico es claro y contundente: “relanzamiento con las mismas mugres de siempre, gente incapaz además de ladrona”.
Aunque en el discurso oficial se habló de unidad y renovación, en la práctica el evento fue el reagrupamiento del clan Luz López, corriente desgastada y con fuerte rechazo interno. La asistencia reducida evidenció que el panismo auténtico le dio la espalda al acto, cansado de imposiciones y simulaciones.
Desde el templete se intentó imponer el eslogan de “nueva etapa”, pero la realidad lo desmintió: no hubo cambio, hubo reciclaje. La reaparición de Paola de Aquino Pardo, señalada por dividir y abandonar al partido cuando lo dirigió, confirma que el PAN en Córdoba sigue secuestrado por los mismos que provocaron renuncias y fracturas.
Las bases panistas advierten que con Isaac Luz López se repite el mismo guión dirigencias de membrete, derrotas aseguradas y pérdida de credibilidad, tal como ocurrió con Adrián Pérez Croda, que dejó al albiazul desplazado a un tercer lugar electoral. Ven en él no un líder, sino el relevo de un proyecto agotado que sólo protege intereses familiares.
