De la redacción
El Buen Tono
Hernán Bermúdez Requena, alias El Comandante H, encontró en Paraguay un refugio estratégico para sus operaciones criminales, según expertos locales. Sin controles fronterizos eficaces ni sistemas de radares confiables, el exsecretario de Seguridad de Tabasco logró instalarse en una zona exclusiva de Mariano Roque Osorio, cerca de Asunción, viviendo de manera aparentemente normal: compraba, iba al gimnasio y socializaba sin levantar sospechas.
El criminólogo Juan A. Martens señaló que Paraguay se ha convertido en un destino atractivo para “empresarios del crimen” por su cercanía a centros de producción de drogas y la presencia de diversas facciones internacionales del crimen organizado. El ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay, Jalil Rachid, advirtió que de haber tenido más tiempo, Bermúdez podría haber consolidado una red criminal en el país sudamericano.
Tras su captura en un operativo conjunto con autoridades mexicanas, Bermúdez fue expulsado a México y trasladado al penal de El Altiplano, donde enfrenta la justicia por sus nexos criminales y liderazgo de La Barredora. El caso evidencia cómo las debilidades institucionales y la colusión de autoridades en Paraguay crean un terreno fértil para la expansión del crimen organizado.
