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ORIZABA.- Tras recorrer más de mil kilómetros en bicicleta desde Felipe Carrillo Puerto, Veracruz, Ismael Méndez May llegó a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y posteriormente al Santuario Diocesano de Santa María de Guadalupe “La Concordia” en Orizaba, donde descansó junto a otros peregrinos antes de continuar su camino de regreso.
El devoto relató que pedaleó durante quince días con el propósito de pedir por la salud de su familia y la propia. “El esfuerzo valió la pena porque fue a pedir un favor a la virgen y de esa manera expresé la sinceridad de mi petición”, comentó.
Aunque reservó el motivo específico, aseguró que también pidió por tranquilidad y bienestar.
El trayecto no fue sencillo. Méndez recordó que el grupo con el que viajaba estuvo a punto de ser arrollado por un tráiler en carretera. “No todos los conductores respetan, por eso pedimos precaución y consideración hacia quienes peregrinan en bicicleta o a pie”, exhortó.
Otros peregrinos como Adrián Marín Cano, integrante del grupo “Soldados de María”, y Jaime José Chetzi, quien viajó acompañado de su hija de 17 años, coincidieron en que la experiencia es un signo de fe y devoción, aunque reconocieron los peligros de transitar por autopistas saturadas.
Chetzi recordó que hace 21 años realizó el mismo recorrido y que, aunque hoy circulan más vehículos, la seguridad depende del respeto de los conductores.
El párroco Juan Carlos Villa Cañedo informó que desde noviembre peregrinos del sureste del país cruzan la región rumbo a la Ciudad de México, haciendo escala en parroquias y en el Santuario de La Concordia. Los contingentes de los decanatos de la diócesis de Orizaba son acompañados por la Policía Vial para prevenir accidentes.


