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Región.- La salud mental es un tema tabú que se mantiene en las comunidades de la región de las Altas Montañas, donde cientos de personas enfrentan ansiedad, depresión y otros trastornos sin atreverse a buscar ayuda profesional.
La combinación de desinformación, prejuicios culturales y la escasa presencia de especialistas en la zona provocaron que muchas personas evadan el tratamiento, recurran únicamente a prácticas religiosas o remedios caseros.
María “N”, de 34 años y habitante de Coscomatepec, contó que durante años pensó que sus ataques de pánico eran “castigos de Dios”.
“Me decían que rezara, que era por estrés, que se me iba a pasar. No sabía que existían psicólogos aquí cerca, ni me atreví a buscar uno. Me daba vergüenza”, relató ahora, tras llevar cinco meses en tratamiento psicológico y psiquiátrico que le ayudan.
Especialistas afirmaron que este tipo de casos son comunes en la región de las Altas Montañas.
La psicóloga clínica Natalia García, quien atiende en la zona de Orizaba, explicó que “hay una cultura de invisibilizar el sufrimiento mental. Las personas van al médico por dolor de cabeza, pero nunca por pensamientos suicidas. Muchos piensan que ir al psicólogo es ‘estar loco’ o que basta con tener fe.”
A lo anterior se suma la deficiencia de atención profesional en comunidades más alejadas como Soledad Atzompa, Astacinga o Tequila, donde ni siquiera hay consultorios psicológicos públicos ni privados.
Quienes desean atenderse deben trasladarse a Orizaba, Córdoba. o incluso a Xalapa, lo cual representa un gasto que muchos no pueden costear.
