AGENCIA
Internacional.- El otorgamiento de asilo político por parte del Gobierno de México a la ex primera ministra peruana Betssy Chávez se convirtió en el punto de quiebre de la relación bilateral, afirmó el canciller de Perú, Hugo de Zela. El funcionario aseguró que esta decisión fue la “gota que colmó el vaso” en un proceso sostenido de tensiones que, según Lima, se arrastra desde diciembre de 2022.
En una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú, De Zela acusó al Gobierno mexicano de “desvirtuar” la figura del asilo al otorgarlo a Chávez a inicios de noviembre, poco antes de que fuera sentenciada a 11 años y cinco meses de prisión por su participación en el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo. Según el canciller peruano, México ha protegido a una figura política señalada por delitos comunes, no a una perseguida política.
De Zela sostuvo que su país no provocó la ruptura diplomática formalizada recientemente, y señaló que México ha mostrado una “voluntad constante” de hostilidad, pese a que históricamente ambas naciones mantuvieron relaciones positivas. Añadió que, en tres años, no ha percibido de parte del gobierno mexicano intención alguna de normalizar el vínculo bilateral.
Betssy Chávez permanece en la residencia de la Embajada de México en Lima desde principios de noviembre, a la espera de que el Gobierno peruano determine si concede o no el salvoconducto que le permitiría viajar a territorio mexicano. Lima continúa evaluando su postura, en espera de presentar formalmente su caso ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y conocer la reacción regional antes de emitir una decisión final, prevista para después de diciembre.
El canciller también defendió su reciente intervención ante la OEA, en la que planteó revisar el marco jurídico del asilo político establecido en la Convención de Caracas de 1954. Afirmó que este mecanismo se ha transformado “en una herramienta de protección para políticos acusados de delitos comunes”, lo cual, a su juicio, constituye un uso indebido. Propuso corregir esta práctica dentro del marco legal interamericano.
La iniciativa peruana enfrenta resistencia de México y Colombia, países que se opusieron a debatir el tema en la OEA. Pese a ello, De Zela aseguró que varias naciones con posturas “principistas” coincidieron en la necesidad de preservar la institución del asilo y revisar su aplicación. El proyecto deberá recorrer un extenso proceso reglamentario antes de someterse a votación.
